La participación en los principales polígonos industriales que van creciendo a lo largo de toda la provincia, la implicación en el desarrollo de la ciudad que le vio nacer hace más de 75 años y la apuesta por las nuevas formas de energía son los tres ejes que marcan la gestión del Consorcio de la Zona Franca bajo el mandato de José de Mier.

El veterano político socialista asumió el mando en el Consorcio en 2003 cuando esta organización vivía una de sus horas más bajas y cuando su futuro se veía amenazado por los escándalos acumulados durante la gestión de Rilco y Quality Food.

La puesta en orden en las cuentas por la herencia recibida, que agotó los primeros años de trabajo del mandato de De Mier, elevó el endeudamiento en más de 30 millones de euros, una cantidad que obligó a cambiar la estrategia de crecimiento del nuevo equipo que sólo pudo ponerla en marcha en el tramo final de su primer mandato y que quiere desarrollar en este segundo iniciado hace apenas unos meses.

Desde un principio José de Mier ha tenido claro que la Zona Franca debía salir de los tradicionales límite de la antigua zona fiscal y expandirse por el conjunto de la provincia. Allí donde se levantaba un polígono industrial o se proyectaba un desarrollo económico de relevancia, la presencia del Consorcio debía ser patente.

Las nuevas energías alternativas ya suponen también una nueva oferta de la Zona Franca.