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Provincia de Cádiz

"A ver si a alguien se le mueve el alma y se gasta un euro en esta provincia"

  • El nuevo responsable ugestista en la provincia cree que la normalidad ha llegado al sindicato tras un año convulso. Asegura que, si nada cambia, habrá que "movilizarse en defensa del empleo en Cádiz"

El nuevo responsable de UGT-Cádiz llega al edificio de los sindicatos y no avanza un metro sin estrechar la mano, saludar o dar dos besos a todos sus trabajadores y trabajadoras. Se define como un hombre sencillo, honesto, de Vejer y curtido en el campo. Es Salvador Mera Crespo.

-¿Qué sensaciones tiene tras ser refrendado por una mayoría lo suficientemente amplia?

-Lo primero que siento es que UGT-Cádiz ha pasado por una etapa de cierta incertidumbre y que ahora estamos en una buena etapa. El sindicato ha cerrado filas de una manera interesante. Ha sido el congreso de la normalidad y estoy muy contento por ello. Pero estamos en un momento difícil por el empleo. Es un momento, no sé si para valientes, pero desde luego para gente comprometida. Hace falta poco victimismo y mucho trabajo, tenemos que dar confianza, tenemos que generarla, dar estabilidad a la organización y apostar por una etapa de unidad.

-Hacía tiempo que dos candidatos no se llevaban tan bien en UGT.

-Son coincidencias. No es lo mismo que se presenten dos viejos conocidos que se odian a dos viejos conocidos que se aprecian.

-¿Ha hablado ya con Paco Sánchez, el otro candidato?

-No. Tengo que llamarlo y cumplir lo que ya anuncié, que el que gana convida. Necesito un momento de serenidad para estar tranquilo. Quiero charlar con él y transmitirle mi apoyo y mi máximo respaldo a su vida sindical en su empresa.

-Este año ha sido convulso en la UGT de Cádiz, con críticas internas. ¿Se ha jugado sucio desde dentro del sindicato?

-No lo sé. Puede que haya gente que sí, pero en la inmensa mayoría del sindicato estas cosas sientan mal. En líneas generales, la gente del sindicato es fenomenal, pero puntualmente puede que haya alguien que esté interesado en ser maligno. La percepción general que tengo del sindicato es de normalidad, es cierto que ha habido incomodidad, pero abunda lo primero.

-A partir de ahora, ¿cuáles son sus retos?

-Trabajo, trabajo, trabajo. ¿Cómo lo vamos a enfocar? Con la organización, no podemos obviar que la Unión es la unión de los organismos de Cádiz. Tenemos que trabajar unidos y llegar a un consenso en cuáles son las prioridades. Evidentemente, lo más urgente es el desempleo, así que es fundamental recabar el apoyo de la administración, poner en marcha las medidas del séptimo Acuerdo de Concertación Social y, al fin y al cabo, ver si a alguien se le mueve el alma y se gasta un euro en Cádiz. La economía en estos años de bonanza era como un enorme casino en el que jugaban sobre todo los ricos, esos que ahora llaman los mercados. Pues la mayoría de estos señores jugadores del casino mundial están ahora echando la siesta, muy tranquilos, y lo que queda es una preocupación enorme que me agobia.

-El discurso de las administraciones sigue siendo el de apoyo a la provincia, proyectos, empresas pero claro, ahí están Las Aletas, el plan Bahía Competitiva o Delphi. ¿Cómo se digiere eso desde UGT?

-Llevo toda la vida convencido de una cosa: los Estados siempre llegan tarde a solucionar los problemas de los trabajadores. También es mentira que las administraciones solas, cada una por su cuenta, puedan solucionarlo. Por tanto hace falta también unidad política. Tenemos que analizar nuestra posición frente a los trabajadores y acumular fuerzas entre ellos, con ellos, porque la defensa de los trabajadores debe ser nuestra principal herramienta. El problema es que cuando un colectivo tiene problemas, se echa a la calle y cuando está desesperado, ya no caben ni siquiera las estrategias.

-Por ejemplo Delphi…

-El colectivo Delphi está unido, igual tiene toda la razón o no tanta de cara a la sociedad gaditana, pero ellos creen que tienen razón y están defendiendo su empleo, que se cumplan los acuerdos firmados. Lo que debe quedar claro con este asunto es que los trabajadores unidos, al menos, somos oídos. Esto no significa que haya que hacer una revolución porque el tiempo en el que estamos no es el más adecuado, pero desde luego hace falta movilizarse en defensa del empleo.

-Pero, insisto: Artenius, Imtech, Marco de Jerez, almadrabas, Delphi, sector naval, Alestis que no acaba de arrancar, y 174.000 parados. ¿Que funciona bien?

-El desempleo, que va a más. Y es que tenemos un gran atractivo turístico, pero hay que potenciarlo manteniendo el delicado equilibrio con el medio ambiente que en Cádiz se ha hecho muy bien. La agricultura, no sólo no se ha desarrollado, es que ahora no hay trabajo en el campo. La remolacha, que fuimos la primera provincia en producción, casi no existe. En Cádiz siempre ha faltado una industria de la transformación para esos productos. Es impensable que la provincia de España que más corcho produce no haya desarrollado una industria del corcho. La pesca, tampoco. Habrá que pensar en industrias de futuro ydiversificar las inversiones y el empleo. La formación también es importante, pero claro, ahora mismo la gente se forma y no sabe para qué, porque lo que falta es empleo. Yo me quiero formar, pero para qué, ¿me va a servir?

-¿Cree que la clase trabajadora tiene una mala imagen o desconfianza hacia los sindicatos?

-Lo que he podido observar a lo largo de toda mi vida sindical es que estar afiliado a un sindicato, estar implicado en defender los derechos de un compañero supone un compromiso y un riesgo. Riesgo de que te critiquen, que te digan que eres un vendido, de que te salga mal una idea. Lo que ha ocurrido es que se ha estado cómodo y no ha hecho falta implicarse. Es más fácil vivir sin compromiso.

-Y ahora se une la crisis de las administraciones públicas: ayuntamientos que no pueden pagar las nóminas, cortes de suministro eléctrico, despidos... ¿Qué está pasando?

-Pues sencillamente que la recaudación ha caído un 50 y un 60%. Donde antes se recaudaba 20.000 ahora se recauda 10.000, pero se sigue gastando 20.000 y eso no podemos mantenerlo. No nos podemos quedar sin Estado.

-¿Es capaz de transmitir un mensaje optimista al parado gaditano?

-Pues que, aunque no lo parezca, estamos aquí trabajando también para ellos. Lo que ocurre es que ahora se descuelga anunciando que retira los 426 euros en febrero. Pues tendremos que juntarnos todos para defendernos más y mejor.

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