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Provincia de Cádiz

En prisión pero en Mauritania

  • Los padres y el marido de la menor violada planean solicitar el traslado a su país para cumplir allí sus condenas. No pedirán amparo al Tribunal Constitucional

Los tres condenados en el caso de la menor violada por su marido han decidido no presentar recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional y optar por un camino distinto: ahora planean solicitar el traslado a su país para cumplir allí las penas de prisión, algo que les permitirá el convenio suscrito por España y Mauritania en 2006. La Audiencia Provincial de Cádiz, que juzgó a los acusados hace un año, ya ha recibido la sentencia del Tribunal Supremo con las condenas firmes.

El marido de la víctima, El Moctar Ould Abderrahamane, cumple una condena de 12 años de cárcel por violación. La sentencia del Supremo lo ha cogido en prisión, donde permanece desde que fue denunciada la agresión sexual en Puerto Real, en junio de 2007. La madre de la menor, Hawa Mint Cheik El Bou, condenada también a 12 años de cárcel, está en libertad y pronto recibirá desde la Audiencia la orden de ingresar en prisión. Ya estuvo encarcelada preventivamente, antes del juicio, durante un año. La sentencia consideró probado que Hawa llegó a morder en un pecho a su hija porque se negaba a acostarse con El Moctar y que fue partícipe de la agresión sexual al obligar a la joven a mantener relaciones con su marido.

El padre de la menor, Mohamed Ould Abdallahi, condenado a dos años y medio de cárcel por amenazar a su hija, también está en libertad (nunca fue encarcelado) y recibirá la orden de ingresar en prisión. Antes de hacerlo, probablemente solicitará al tribunal que le conceda el beneficio de la suspensión de condena.

Hawa ingresará previsiblemente en prisión y ella y El Moctar pedirán entonces ser trasladados a Mauritania. Contarán para ello con el apoyo de la Embajada de su país en España, que ha seguido muy de cerca el procedimiento.

El caso movilizó a un buen número de compatriotas de los tres procesados. Un grupo de mauritanos protagonizó un movimiento de protesta durante el juicio en el Palacio de Justicia de Cádiz: reclamaban respeto a las costumbres de su país y sostenían que el juicio iba en contra de sus tradiciones. En Mauritania, argumentaban, son habituales los matrimonios de adultos con menores.

La joven víctima reside actualmente con la familia española con la que se crió en Puerto Real desde muy pequeña sin perder el contacto con la suya. Los padres de la menor residen en España desde hace muchos años y la joven nació en Cádiz. En el juicio contó cómo sus padres se la llevaron a Mauritania y la obligaron a casarse con El Moctar, de unos 40 años de edad, cuando ella tenía 14. Luego regresó a Puerto Real y un día llegó su marido a visitarla. Ella no quiso entonces mantener relaciones sexuales con él.

El presidente del tribunal que juzgó a los procesados le explicó a El Moctar en el juicio que nadie lo juzgaba por casarse con una menor sino por agresión sexual. El acusado había pedido para las tradiciones mauritanas el mismo respeto que tienen en España las de los gitanos.

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