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Rafael Santandreu. Psicólogo y escritor

“Los miedos son sólo ideas y con la mentalidad correcta, se desvanecen”

  • El autor presentará este miércoles en el jardín de La Luna Nueva su último libro, ‘Nada es tan terrible’, y el jueves estará en la Asociación de la Prensa de Cádiz

El autor Rafael Santandreu. El autor Rafael Santandreu.

El autor Rafael Santandreu. / Xavier Torres-Bacchetta

El autor del best seller El arte de no amargarse la vida llega este miércoles a Jerez para presentar su nuevo libro, Nada es tan terrible, a las 20 horas, en el jardín de La Luna Nueva (calle Barja, junto al número 3). Este jueves, a las 19,30 horas, estará en la Asociación de la Prensa de Cádiz.

-Nada es tan terrible, su nuevo libro. ¿Es lo mejor para adquirir la felicidad?

-La psicología cognitiva es la más demostrada científicamente. Existen más de 2.000 estudios que avalan su eficacia. Si te la aplicas con profundidad, te sacas todas las neuras: dejas de tener complejos, de cabrearte, ganas una gran autoestima... Miles de personas lo han comprobado ya.

-Usted afirma que se puede acabar con todos los miedos. ¿Es eso posible?

-Sí porque los miedos son sólo ideas y con la mentalidad correcta, se desvanecen. Por ejemplo, el miedo a morir. Hace poco, iba en avión junto a una chica aterrada. Le dije: “¡Estrellarnos sería una buena forma de morir!”. Si aceptase esa idea por completo, su temor desaparecería instantáneamente.

-¿Se puede llegar a la felicidad plena, de forma permanente?

-Mucha gente es feliz casi por completo. Por ejemplo, monjes y monjas de clausura. Es más fácil de lo que parece: tan sólo has de quitarte necesidades de encima. Poder decir como San Francisco de Asís: “Cada día necesito menos cosas y las pocas que necesito, las necesito muy poco”.

-Lo contrario es caer en la “necesititis”, ¿verdad?

-La “necesititis” es la enfermedad del siglo XXI, la madre de la depresión y la ansiedad. Consiste en creer que necesitamos mucho para estar bien: pareja, hijos, estudios, un buen trabajo, estar delgado, ser extrovertido, haber viajado, saber idiomas, ser elegante y diez mil cosas más. Y como falle en algo de todo eso, soy un gusano, ¡un fracaso!

-Hoy en día, parece que hay gente permanentemente cabreada, no sé si con el mundo o con ellas mismas. ¿Usted tiene esa misma percepción?

-Sí. Esos tienen necesititis de perfección: los trenes deben llegar siempre a tiempo, el camarero servirles rápido, que no haya ni una sola caca de perro en la calle, etc. Pero esa perfección no existe. Y si fuese posible, tampoco les haría felices. ¡Se aburrirían: el mundo sería maquinal, extraño!

-Sus libros se han convertido en referentes de autoayuda. Y ya tiene cuatro en el mercado. Cuando se pone a escribir: ¿en qué piensa?

-Mi método consiste en investigar a las personas más fuerte y felices: ¿qué diálogo interno tienen; qué visión del mundo? Y, luego, copiar esa manera de pensar. Por ejemplo, Stephen Hawking, el científico en silla de ruedas, tenía el siguiente lema: “Mientras pueda hacer cosas valiosas por mí y por los demás, podré ser muy feliz. No importan las limitaciones”.

-Usted publicó una obra cumbre: ‘El arte de no amargarse la vida’. Usted cree que en general, la gente se suele amargar por casi todo.

-Cuando estamos neuróticos, entramos en “modo queja”, en “modo carencia”. Nos convencemos de que nos faltan muchas cosas esenciales. Pero yo les pregunto a mis pacientes: “¿te das cuenta de que lo tienes todo ya para ser mega feliz?”. Al final de la terapia se dan cuenta de que hasta en la cárcel están genial.

-En su último libro, de hecho, hay una entrevista a un ex-presidiario.

-Es Damián, un chico de treinta años que conocí en la cárcel Modelo de Barcelona. Yo estaba dando una charla allí y al final, se me acercó y me dijo: “Yo he aprendido a ser feliz aquí, en la cárcel”. ¡Había aprendido la psicología cognitiva él solo!

-Siempre me han dicho que hay mucha gente negativa en la calle. Como maestro de psicólogos me gustaría que me sacara de la duda.

-Un 30% de la gente está muy mal anímicamente. Y otro 50%, aguantando. Sólo hay un 20% plenamente feliz. Estos últimos creen que “solo necesitamos el agua y la comida del día para ser felices”. ¿A qué esperas para hacerte con su filosofía?

-De dónde saca tanto tiempo para escribir y continuar su trabajo con pacientes y la formación de médicos.

-Yo no tengo hijos. Y, desde hace unos añitos, tampoco pareja. Así que tengo mucho tiempo para hacer cosas maravillosas y pasármelo en grande. De todas formas, también podría ser feliz con 15 hijos, en plan familia del Opus Dei. Todas las opciones son geniales.

-Imagino que una mente tan privilegiada como la suya no descansa. ¿Con qué publicación nos va a sorprender en el futuro?

-Mi próximo libro va versar precisamente sobre cómo mejorar el funcionamiento de la mente mediante la alimentación, los suplementos y otras medidas. Y, de hecho, hablaré del sol; de cómo la vitamina D, que se obtiene tomando el sol, es esencial para el sistema nervioso.

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