Lo primero que se les pasa por la cabeza a los miles de empleados que desde hoy trabajan desde sus casas es qué pasará cuando se acabe la cuarentena, que lejos de lo que pueda parecer, no excede los 15 días. Tiempo que ocupa también la primera declaración del estado de alarma. ¿Qué ocurrirá cuando poco a poco la producción vaya bajando, cuando los pagos se retrasen y cuando se aplacen fechas de entrega de proyectos que eran el salvavidas para muchas de las pequeñas y medianas empresas del país? Evidentemente, en este cambio de sistema existen sectores que ya están notando los efectos a corto plazo. Aquellos cuya actividad no se puede hacer de manera telemática y que tienen que parar su producción hasta la llegada de mejores momentos. Pero hay otros para los que esta crisis es una oportunidad de crecimiento sin precedentes. Las televisiones se frotan las manos pensando en las cuotas de pantalla y las firmas online multimarca como Amazon han triplicado sus ventas con compras de todo tipo. Mientras en el Ibex 35 descienden hasta 3 puntos marcas como Inditex o Meliá, las entidades bancarias crecen. Banco Santander asciende en torno a 3,34 y le siguen BBVA, con 2,62, y Sabadell, con 1,91.

En este cambio de paradigma, los informativos y medios escritos se consultan a cada instante, buscando insistentemente la última hora. También los supermercados salen ganando en este cambio de costumbres en el que la histeria colectiva arrampla con todo lo que encuentra en las estanterías. Hasta con lo que no necesita. De las cifras que podemos conocer, destacan las de Mercadona, uno de los supermercados cuyos emplazamientos estratégicos en ciudades y otros núcleos de población está logrando que supere las cifras de los 25.500 millones de euros en ventas según su propio presidente, Juan Roig.

Netflix, la plataforma de contenidos online más internacional, ya está lanzando avisos a los usuarios sobre la incapacidad para dar cobertura a tantas solicitudes, dejando pasar una espectacular época para el aumento de suscriptores. Clientes potenciales que pasada la crisis es probable que permanezcan pagando sus servicios. En la misma línea, empresas de mensajería, las de siempre y también los nuevos formatos como Glovo, así como servicios de restauración a domicilio se ven beneficiadas de esta coyuntura eventual. Videoconsolas, libros y revistas dan al encierro quincenal un poco de entretenimiento en una tierra en la que la mayor parte de nuestro tiempo ocioso se hace en la calle.

Después de esta crisis, de este desplome de valores, de este mapa de nueva realidad, volveremos a lo mismo. A la velocidad, a las prisas, al estrés. Sin darnos cuenta de que la vida te cambia de un día para otro y que solo debería importarnos una cosa: lo más simple.

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