A veces cuando se presenta a una persona se comete el error de convertir la narración en una exaltación de las virtudes. Se utiliza mucho en la exaltación de valores de candidatos a santos. Recuerdo el milagro del cojo de Calanda. No quiere decir que no existan hechos, acontecimientos extraños, sobre los cuales no hay explicación lógica. Por ejemplo, el universo se sigue expandiendo. Los “agujeros negros”, mas allá de nuestro conocimiento real, se saben que existen, pero ignoramos su función …

Estos días al ínclito y glorioso Sr. Aznar se le ha ocurrido cuestionar la existencia de un territorio llamado Palestina y oponerse a su reconocimiento como país junto al vecino Israel. No ha rectificado sobre los autores de las bombas sobre los trenes de Atocha, y cuando da opinión habla para un país ignorante, y nos ilumina como desvelando un misterio no alcanzable para los mortales.

Entramos en el espacio de la “hagiografía”, utilizada para engrandecer, resaltar, ampliar las virtudes de los santos y milagros en las religiones. Habla el Sr. Aznar y afirma lo contrario de la verdad. Lo que bendice es dogma, no es algo opinable. Los aduladores lo han ensalzado y han ocultado lo que dijo, siendo presidente en el año 2000, sobre “dos estados en paz y vecindad” de Israel y Palestina. Lo mismo que la guerra de Irak y las armas de destrucción masiva. Una mentira convertida en verdad. El propio Sr. Aznar dice una cosa y la contraria. Trabajan los hagiógrafos para beneficio del Sr. Aznar.

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