Aunque las trompetas de este apocalipsis patrio en el que, dicen, estamos abocados, suenan, quizás con demasiadas estridencias, poniendo infinitas inquietudes a una historia reciente, la nuestra, que se empeñan en moldear, a contracorriente y con espurios desarrollos, para que uno solo siga adherido a lo que realmente le interesa - el poder -, el discurso diario permanece ajeno a todo - a pesar de las multitudes protestando -. No tenemos nada más que comprobarlo en este pueblo de nuestros pecados. Aquí, ya, todo gira en torno a ese especie de maná que es la Navidad - jerezana dicen - convertida desde el verano y hasta que se pierda la carroza del rey Baltasar en centro social de todo lo que existe.

Los anuncios de las zambombas hace tiempo que tienen un papel protagonista; zambombas que son todo un fenómeno social pero que están a un paso de salirse de madre. Algo parecido les pasa al as cenas de empresa que se han adelantado y, ya, en lugar de asistir con abrigo y bufanda, muchos se presentan con la sempiterna guayabera. Creo que, pronto y si los veranillos continúan, la prenda de moda para las reuniones de Navidad será esa camisola que vino de Cuba y a la que cuesta metar en los armarios. Comidas que se han de reservar antes de San Fermín porque si no te pasará como con la Lotería que, o andas listo o tienes que buscarla por internet. ¡Vaya tela con las loterías y las administraciones estrellas! Hoy, ser lotero estrella es algo así como ser Pitu Roca, el Zeus de los dioses.

La Navidad es una factoría que abre muchos horizontes, que llena muchas despensas y permite cierto bienestar para muchos necesitados. Sin embargo es, también, un tiempo de pobreza cultural, por mucho que a las zambombas las quieran hacer patrimonio inmaterial de no sé qué y su reclamo atraiga al personal para satisfacción efímera de las cajas registradoras. La navidad y sus circunstancias se han convertido en un prosaico mar de acciones donde se magnifica la pobreza de un pueblo al que , todavía, le va muy bien lo de pan y circo o pan y zambombas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios