Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Cada persona es un mundo pero, a veces, agruparlas en arquetipos ayuda a entender su comportamiento. Cada cual es una combinación de varios de ellos aunque suele haber uno dominante. Por ejemplo:

Arquetipo "A" (campo sociopolítico). Considera que el mundo debe ser organizado en un orden histórico, de clases definidas, jerarquizadas y hereditarias. Es un monárquico convencido, de derechas y de orden, partidario de la mano dura si alguien se desmanda, sobre todo los trabajadores e inmigrantes. Odia a los partidos y sindicatos de izquierda.

Arquetipo "B" (campo religioso). Vive su religión casi en exclusiva en torno a determinados días y momentos y alrededor de determinados grupos. Es nacionalista hasta el punto de que su sentimiento de iglesia universal es muy escaso También le encantan el orden y la jerarquía monárquica en la Iglesia y suele tomar como estandarte la figura de Cristo Rey. Defiende con pasión y sin más análisis las normas morales de la Iglesia, despreciando lo discordante con la etiqueta de "ideología de género". Su concepto de mejora del mundo no va más allá del limosneo paternalista. El problema es que demasiadas veces el "A" se junta - o coincide - con el "B" y la Iglesia calla.

Recientemente han instalado una gran cruz de hierro en la Sierra de San Cristóbal. Las imágenes del acto producen una sensación extraña por la abundancia de banderas nacionales - ¡qué manía! - y de otras como la requeté, movimiento de origen carlista aliado de Mola y Franco en el golpe de estado fascista del 36 - ¡madre mía!- ¿Alguien se imagina a Cristo con esa gente? Ah, cómo no, estaba VOX.

La cruz se ha manipulado mucho a lo largo de la historia. Así también era una "Cruz de Hierro" la condecoración militar prusiana y alemana que los nazis usaron para condecorar a sus "héroes".

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