Preguntaba hace pocos días un profesor en Radio Jerez, cómo es posible que pueda celebrarse la selectividad presencialmente, y en cambio no lo hayan podido ser los exámenes de fin de curso, ni tribunales de TFG, etc. Pues más difícil será para los vecinos del norte de Europa, que tiene que decidir las ayudas a países como el nuestro, cuya economía se ha visto muy jodida por el virus, comprender como mientras no se podía ir al puesto de trabajo, al colegio, o a los templos, sí podíamos juntarnos y compartir mesa en los bares. Algunos además, muy achuchaitos. Es una de las preguntas sin respuesta que nos quedará de este periodo tan atípico que vivimos. Como muchas otras. Por ejemplo, nunca sabremos realmente cuantos murieron en la epidemia, si los que dice Simón, si los que recogen los registros civiles y el INE, o los que interesa que se sepa para que el gobierno justifique su buen hacer. Igual algún día, en dos o tres años, las familias de los sanitarios que han visto como se les ha tratado y los riesgos corridos, o las de los ancianos que nos permitieron llegar hasta aquí y han comprobado que no eran prioritarios, expresarán claramente la respuesta. También lo harán muchos autónomos y empresarios, que no olvidarán que la prioridad para algunos no fue la epidemia, sino no provocar alarma o conseguir comprar fuera la misma cantidad de mascarillas que fabricadas aquí se vendían en otros países. Respuestas habrá. No sabemos cuándo, pero al final la historia sacara a la luz, como siempre, qué pasó y que hicieron quienes tenía algo que hacer. Si Dios quiere, de esta saldremos vivos los que salgan, pero si no somos capaces de ayudarnos unos a otros, y de conseguir que todos tengan incluso el mínimo que les faltaba antes de la epidemia, el virus se llevará por delante cosas más importante que la economía, e incluso que la salud. Nos llevará por delante a todos. Así que respetémoslo. Respetemos a los demás y mantengamos las distancias, seamos conscientes de que nadie puede vivir en una isla solo. O salimos todos o caemos todos ¡Al tiempo!