EN el libro 'Comida y civilización' de Carson I.A. Ritchie, Alianza Editorial 1986, el escritor afirma, y estoy de acuerdo con él: "De cómo los gustos alimenticios han modificado la Historia". Vivir, alimentarse, procrear..., los primeros primates erectos hicieron de su existencia la búsqueda de alimentación suficiente. Cazadores, recolectores, después ganaderos, agricultores..., la alimentación era una necesidad. Hace años que la comida se convirtió en placer y signo de poder y opulencia. De la palabra opulencia deriva 'epulón' rico, y enfrente el pobre Lázaro. Infinidad, desde el romano Marco Gavio Apicio, de libros, revistas, prensa de cocina... Muchas guerras se produjeron, y se producen, por la alimentación, por la compra de terrenos inmensos en África, La Amazonia, Colombia, Andalucía... La comida como placer ha significado un motor de cambio en la formación de fronteras. Está de moda la gastronomía. Hay cadenas de televisión y de prensa que sus programas más vistos son de cocina, con cocineros líderes de audiencia. Cáritas, entre otras organizaciones solidarias, solicita la donación de alimentos básicos y esto creo que seguirá en aumento. Está bien. Pero las medidas gubernamentales tienen que ser valientes en asegurar pensiones dignas, comedores escolares, renta básica, extensión de los Erte sin despidos, creación y distribución de viviendas sociales, I+D... Ya hubo muchas guerras por las especias.