Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Jerez íntimo

Marco Antonio Velo

marcoantoniovelo@gmail.com

El Sábado Santo de Jerez en la corbata de Pepe Guerra

Pepe Guerra, con vara junto al estandarte de la Cena, en el año 1956.

Pepe Guerra, con vara junto al estandarte de la Cena, en el año 1956.

La anécdota que traigo a colación no se ha disuelto en el azucarillo de mis recuerdos. La memoria siempre elige la miel y los jazmines. Ocurrió hace la del dios Baco dibujado en los frontales de la barra del tabanco ‘La pandilla’. En un Jerez de pañuelos muy blancos en los bolsillos derechos de los comerciantes del centro de la ciudad. Jerez que entonces ya llevaba tres años con caballos relinchando y silencio en el Volapié por la muerte de la seguiriya gitana -según definitoria ancha de las sevillanas del Pali-, pongamos que hablamos de Fernando Fernández Monje ‘Terremoto de Jerez’. Sí, Jerez de sastrería A. Morán en el número 13 de la calle Porvera. Jerez donde los escudos heráldicos, los carteles y los bocetos originales se encargaban a Tarrío, calle Levante 1. Jerez de Mariano Ramírez Ramírez al frente de la mayordomía de la Virgen de la Soledad. O de Aurelio Madroñal Flores como hermano mayor del Huerto. O de muestro querido y brillantísimo actual Secretario General de la Real Academia de San Dionisio Juan María Vaca Sánchez del Álamo desempeñando el cargo de teniente hermano mayor de una Hermandad de la Vera-Cruz presidida a la sazón por Juan Torreira.

Situémonos en el 8 de abril de 1984. Santa Cuaresma. Besamanos en San Pedro de la Virgen de Loreto. Unos meses antes -concretamente el 8 de septiembre de 1983- el entonces obispo de Jerez, don Rafael Bellido Caro, había decretado la suspensión de cofradías para la jornada del Sábado Santo. La sede canónica de Loreto era un río con sus afluentes de público que no cesaban de confluir a las plantas de la Señora del avioncito de plata. En corro hablaban entusiásticamente Enrique Fernández Crespo, Manolo García Parra y Sebastián Moya Fernández. Pepe Guerra Carretero -el recordado cofrade y restaurador- se aproxima con soltura y cierto desparpajo hacia el final de una de las filas de bancos centrales del templo. Comienza a dialogar con mi hermano Eduardo y conmigo. Siempre risueño, Pepe. De estatura media y alta envergadura cofradiera. Un pozo de sabiduría. El poso de la experiencia. La voz ronca como mástil de una bandera desplegada de amabilidades sin recortes. Trajeado como mandan los cánones de este domingo cuaresmal. Pepe luce una corbata la mar de estilosa. Mi hermano y yo hacemos alusión a la oportuna singularidad de la misma. La corbata viene como anillo al dedo porque, sobre un fondo morado, se alienan diferentes hileras de nazarenitos, unas debajo de otras, según las jornadas procesionales de la Semana Santa.

Se trataba de un diseño ex profeso. Corbata no muy ancha y de nudo apretado, al estilo de las propias de José Alfonso Reimóndez López-Offerral ‘Lete’. Arriba, de izquierda a derecha, todos los nazarenos del Domingo de Ramos, en el plano inferior los del Lunes Santo y así, en cascada, sucesivamente… hasta llegar abajo del todo, donde figura un solo nazareno de la Hermandad de la Piedad, que es al que Pepe señala con la yema de sus dedos y nos aclara: “Ya este nazarenito no estará este año aquí. Por eso ésta será la última o la penúltima vez que me ponga esta corbata. Porque en esta Semana Santa ya se habrá quedado anticuada. Este nazareno de la Piedad, tan solito aquí abajo, representa al Sábado Santo que ahora ya no tenemos”. ¡Una lástima que la corbata ya no sirviera! Por aquello de otorgarle cierta esperanza a tan distinguida pieza, le comentamos al bueno de Pepe que la guardara, que no se deshiciera de ella, porque seguro que pronto, a la vuelta de unos poquitos años, el Sábado Santo igual regresaba otra vez con procesiones a la Semana Santa de Jerez. A lo que Pepe Guerra respondió con espontaneidad y convencimiento: “¡Qué va! Para que eso ocurra tienen que pasar lo menos 40 o 50 años”. ¡Lo clavó! ¡Para que luego cuatro advenedizos digan que los antiguos de nuestras cofradías no sabían de la misa la mitad! ¡Gloria bendita para todos ellos!

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios