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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Es Sánchez quien se deslegitima

Sánchez se deslegitima a sí mismo al hacer cuanto dijo que nunca haría por los votos de Bildu, ERC y Junts

Un medio que suma todos los pro que definen el progresismo –pro Sánchez, pro PSOE, pro amnistía y pro cuanto Sánchez decida, aunque suponga defender un día una cosa y al siguiente lo contrario– titulaba así ayer: “La derecha despliega todas sus redes para deslegitimar a Sánchez. La campaña contra los pactos del PSOE lleva al país a la máxima tensión, con la ayuda de asociaciones de jueces, sindicatos de policía, obispos o empresarios”. Vaya por Dios. Resulta que manifestarse masiva y pacíficamente porque se va a amnistiar a quienes alentaron en Cataluña manifestaciones extremadamente violentas protagonizadas por ultras independentistas, es la derecha desplegando todas sus redes.

Resulta que no es Sánchez quien se deslegitima a sí mismo al hacer cuanto dijo que nunca haría, y no por íntima convicción tras una conversión, sino para obtener los votos de Bildu, ERC y Junts (en este caso negociando con un prófugo de la justicia) que necesita para su investidura. Sus sayones –porque el mal político degrada a sus colaboradores– aducen que también ha pactado con el PNV o Coalición Canaria, intentado demostrar que se abarca todo el arco político desde la derecha nacionalcatólica vasca a la dúctil derecha canaria (que con su dulce acento suaviza el disparate de apoyar a Sánchez avisando que no apoyarán la ley de amnistía).

Resulta que es la derecha la que lleva el país a una máxima tensión y no Sánchez pactando con Bildu, rindiéndose a ERC y humillándose ante un prófugo con el que, por su condición de huido de la justicia, el PSOE ha de negociar en el extranjero, convirtiendo al prófugo en president y su fuga en exilio.

Resulta que si las asociaciones de jueces y fiscales progresistas se oponen a la amnistía se convierten en conservadoras y cómplices de obispos y empresarios. Que metan a los obispos en el saco por opinar sobre una cuestión política quienes aplauden que el Papa lo haga también demuestra que ser progresista o reaccionario depende de lo que Sánchez, el PSOE y sus altavoces decidan. Al igual que si unos se manifiestan son la voz del pueblo tronando en las calles y ejerciendo un derecho constitucional, pero si lo hacen otros es una forma de golpismo que tensiona máximamente el país deslegitimando e ignorando el resultado de las elecciones.

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