Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

EL ansia permanente de fiestas ha trastocado los ciclos festivos ordinarios de la ciudad. Jerez, abandonada a la hostelería, solo encuentra en la fiesta permanente una solución coyuntural a la falta de generación de riqueza en otros semilleros. Si la fiesta pierde su carácter excepcional para convertirse en rutina, el ciclo festivo muere.

Procesiones de Semana Santa todos los fines de semana; 'parties' rocieras un sábado sí y otro también, y otro más para apurar; ferias y preferidas a la feria más larga del mundo. Zambombas, pre-zambombas y espectáculos navideños flamencos, aflamencados, «agachonados» y fuera de catalogación.

Todo ello para mayor gloria de bares sin licencia de espectáculos en directo, en los que fingir un estado permanente de fiesta.

La navidad circunscrita a las fechas clásicas sabía a poco. En otras ciudades no existía un ciclo festero navideño capaz de estirarse como un chicle. En Jerez tampoco lo había, pero los discos de la Caja de Ahorros de Jerez obraron el milagro y, poco a poco, hay zambombas desde 'los muertos'.

Madrileños ociosos en tan inerte periplo descubrieron el marinero 'Ramiré' en su divina fragata y a Jerez de cabeza… a sus 'zambombadas'. Y un Jerez tieso como una regla, a vender un subproducto descafeinado en peñas, hermandades, hogares de pensionistas, restaurantes, escaleras de pisos, salas de fiesta, discotecas, bares de primera y tugurios de cuarta.

La pandemia va a recomponer algunas de estas piezas trastocadas. No se verán palios bajo luces navideñas, ni zambombas por difuntos. Aunque triste, la nochebuena volverá a celebrarse en nochebuena y la Navidad en su momento. Por lo demás, feliz año nuevo…

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios