Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

Por treinta monedas de plata

El sinsentido de la Supercopa de España en Arabia

Nuestra España atea por ley pero de formación judeocristiana por tradición cultural tiene asimilado el concepto de venderse por treinta monedas de plata, es decir, cuando antepones tu enriquecimiento personal por encima de convicciones éticas y morales, cuando la codicia nubla tu alma y estás dispuesto a sacrificar a tu mejor amigo, proyecto, idea o convicción personal solo por obtener un lucrativo estipendio.

Ya he escrito en más de una ocasión sobre esto aplicado a los gestores del fútbol español. Cada vez que en estos últimos años se celebra la Supercopa de España en Arabia siento una especie de estupor y cabreo hacia los dirigentes españoles, ya sean los de la Federación Española de Fútbol, como la de los clubes participantes.

Lo peor de todo es que todo este plan está urdido en base a una serie de mentiras institucionalizadas en el discurso de estos mismos dirigentes. De un lado, que esto es bueno para expandir la imagen del fútbol español a los mercados internacionales y, de otro, que parte del dinero que entra en la federación beneficia al fútbol modesto. Mientras tanto, lo que si están consiguiendo es una liga más polarizada, donde los únicos beneficiados son Real Madrid y Barcelona, quienes están clasificados por contrato y tienen garantizados casi seis millones de euros cada uno, mientras que este año el Atlético Osasuna superó escasamente el millón de euros.

Todo este desbarajuste se inició en 2019 por mediación de Piqué a través de una de sus empresas y de momento está garantizado por contrato que la Supercopa se juagará en Arabia hasta 2029, lo que implicaría multiplicar por 10 la diferencia económica de los dos grandes con respecto al resto, quienes además no tienen asegurada su clasificación.

Pero ahí no acaba la cosa, mientras que los mandamases de la Federación y de la Liga defienden a capa y espada sus competiciones frente a proyectos como de la Superliga, argumentando entre otras cosas que hay que beneficiar a los aficionados de equipos históricos pero más modestos que Real Madrid o Barcelona, por ejemplo las aficiones del Sevilla, Betis, Valencia, Real Sociedad, Athletic Club o Cádiz, obligan a esos mismos aficionados a viajar hasta Arabia para ver al Osasuna o al Betis.

Nos venden la moto de la mejor liga del mundo, pero la Premier inglesa está años luz por encima de la española y si me apuran la Championship, que es la segunda inglesa, supera también a la española. Cuando digo están por encima me refiero a igualdad, competitividad, gestión y reparto de los emolumentos que genera la propia competición. Mientras que el Cádiz CF, que terminó el año pasado en el puesto 14, ingresó de la Liga unos 47 millones, los tres equipos de la Premier que descendieron a segunda inglesa tenía fijo 95 millones a los que habría que sumarles otros 75 más como compensación.

En Inglaterra entienden que el fútbol lo hacen grande entre todos, aquí solo importa Real Madrid y Barcelona, los demás son convidados a la fiesta y algunos son los camareros que dan lustre a los anfitriones. Pero habiendo plata, que importa el fútbol.

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