Salud y Bienestar

Más beneficios para la utilización de folatos antes del embarazo

  • Además de evitar el riesgo de deformaciones del tubo neural, algunas evidencias apuntan a su eficacia para prevenir malformaciones cardíacas o urológicas.

Se llama folatos a la forma natural de la vitamina b9. Se encuentra de forma natural en espinacas, guisantes o alubias secas, en semillas de girasol, frutos secos o cereales. Los folatos se pierde en los alimentos conservados a temperatura ambiente y durante la cocción. A diferencia de otras vitaminas, los folatos se almacenan en el hígado y no es necesario ingerirlo diariamente. En situaciones de aumento de necesidad de folatos, como en el caso de los embarazos, la cantidad que hay en los alimentos es, para el criterio clínico, insuficiente y se administran folatos. "Sabemos que si se administra antes de que se queden embarazadas de forma preconcepcional, y luego durante las seis primeras semanas del embarazo, podemos prevenir defectos del tubo neural", explica Mercedes Martínez, ginecóloga adjunta del Hospital Virgen Macarena, de Sevilla, y miembro del Grupo de Anticoncepción de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. El tubo neural es una estructura presente en el embrión del que se origina el sistema nervioso central. Sus defectos pueden provocar espina bífida, anencefalia u otras enfermedades neurológicas graves.

Esos beneficios del uso preventivo de folatos son los que más evidencia científica tienen pero, según explica Martínez, "se ha visto además que podemos prevenir otros tipos de malformaciones, el labio leporino o la fisura palatina, que sin ser graves también tienen su importancia". De hecho, hay evidencias que apuntan a la prevención de otras malformaciones digestivas a nivel del píloro, malformaciones urinarias o algunas cardíacas. Según la especialista es importante poder planificar el embarazo y acudir pronto al ginecólogo para así administrar folatos antes de producirse el mismo. Esta recomendación viene justificada en que el tubo neural se cierra a las seis semanas de embarazo. Si no se ha cerrado adecuadamente por un déficit de folatos, es más probable que pueda aparecer alguna malformación. Por eso la recomendación habitual aconseja que se administre antes y durante las seis primeras semanas. Además del uso en el ámbito clínico, para vencer una posible carencia en algunos países se ha comenzado comercializar alimentos especiales, enriquecidos con folatos, para garantizar el aporte. También se aplica el metabolito activo del ácido fólico en aquellos casos especiales que presentan la falta de una encima que no permite metabolizar adecuadamente los folatos. De hecho la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, en el último documento de consenso de nutrición y embarazo, recomienda el consumo de multivitamínicos que incluyan folatos, no sólo durante el primer trimestre del embarazo, sino desde la planificación, durante todo el embarazo y hasta el final del período de lactancia.

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