Carlos Rivero Domecq | Hno. Mayor de los Judíos de San Mateo

“Seré el hermano mayor de todos los hermanos de la cofradía”

Carlos Rivero ante el azulejo del Señor de las Penas en la fachada lateral de San Mateo.

Carlos Rivero ante el azulejo del Señor de las Penas en la fachada lateral de San Mateo. / Manuel Aranda (Jerez)

—En plena Cuaresma, la hermandad está enfocada en la próxima Semana Santa.

—Efectivamente. En el Martes Santo. Este domingo comenzamos el septenario y ya el siguiente domingo tenemos besamanos, besapiés y función principal de instituto. Después habrá actos como el traslado del Señor a su paso el lunes siguiente, la primera ‘levantá’ el Domingo de Ramos y ya nos vamos a la salida del Martes Santo. Con lo cual estamos ahora en los preparativos para la Semana Santa.

—En los Judíos se guarda mucho la tradición. Siempre los besamos el mismo día, los cultos y todo lo demás.

—Solamente se cambió el año pasado porque Paco Zurita era pregonero y recuerdo otro año que fueron por separado y no funcionaron muy bien. Con lo cual seguimos siempre la misma ruta. Además, el Domingo de Pasión es un día muy señalado. Vienen muchos hermanos que a lo mejor acuden poco a lo largo del año y cuando llegamos a ese día se llena la iglesia y existe mucha hermandad. Quizá el día que más se convive entre todos.

—¿Una hermandad como la de los Judíos de San Mateo, tan grande, tan elegante y tan perfecta, como se plantea una junta de gobierno un estreno o un proyecto?

—Estrenos este año no hay por las circunstancias. Hemos estado diez meses en un largo proceso electoral que en cierta forma ha restado a la hora de llevar a cabo un estreno. Ahora bien, esta es una hermandad que es muy tradicional. No solemos hacer muchos cambios y de un año a otro sabemos qué tenemos que hacer. En cuanto a los proyectos, pues como al ser una hermandad con un gran patrimonio no es necesario hacer muchos estrenos. Pero sí que tenemos que cuidad del patrimonio recibido. Estamos hablando de restauraciones que suelen ser incluso más costosas que estrenar algo nuevo. Hay que preservar lo que tenemos y cuidarlo y eso se lleva mucho dinero. El proyecto principal que nos gustaría acometer es el de los faldones del paso de la Virgen del Desconsuelo. A partir de septiembre habrá que analizar cómo lo hacemos. No es fácil porque el nivel artístico y patrimonial es muy grande. Son bordados y terciopelos que vienen de la casa de Braganza y son muy valiosos. Tendremos que ponernos en manos de expertos y técnicos que nos asesoren porque hay dos posibles salidas. Restaurarlos o hacer unos nuevos y estos vayan al museo para estar siempre expuestos como la maravilla que son. Habrá tener toda la información para elevarlo al cabildo de hermanos y se decida qué se hace.

—¿Se ha hablado con IAPH? Esas piezas son palabras mayores.

—Sí. Ha habido contacto porque este no es un proyecto de ahora, sino que la hermandad ya viene trabajando en ello. Se ha hablado en varias ocasiones con ellos.

—La hermandad viene ya desde hace muchos años precisamente dedicada a la preservación de lo que hay que es todo de una calidad extraordinaria.

—Claro. Aquí no es posible grandes innovaciones. Tenemos joyas y las imágenes son también de un gran valor. Con lo cual nos deja poco margen. Y cuando se acaba de restaurar algo hay que poner la mirada en otro proyecto de mejora. También en el altar de insignias es necesaria la restauración de algunas piezas..

"La hermandad, quizá, estaba un poco parada por el largo proceso electoral que hemos vivido”

—¿Cómo se ha encontrado usted la hermandad tras la reciente toma de posesión?

—Pues bastante bien. Quizá un poco parada por lo que he comentado antes del largo proceso electoral. Se tuvieron que tomar algunas decisiones como las bandas de música y demás y las hizo la junta en funciones donde estábamos parte de una candidatura y parte de la otra. La hermandad está saneada y tenemos un gran número de hermanos. El problema que nos encontramos es hacer en dos meses lo que no hemos podido hacer con más tiempo. En cualquier caso, no es una hermandad problemática y ni tan siquiera el proceso electoral ha sido traumático. Complicado sí, pero hemos intentado que todo siga su curso y ahora toca integrar a todos con un mismo fin que es la propia institución. El hecho de que los hermanos hayan estado en una candidatura o en otra no quiere decir nada. No queremos a hermanos apartados o que crean que no pueden participar. Aquí todos son bienvenidos y seré el hermano mayor de todos.

—Una hermandad que nunca tuvo dos candidatos ¿Qué ha ocurrido en esta ocasión para que se haya llegado a esa situación?

—Creo que una vez hubo un amago, pero no se llegó a nada porque uno de los candidatos se retiró. Mi candidatura fue la segunda en presentarse. Y lo hicimos porque pensábamos que en la otra no estaban representada toda la hermandad. Así que creíamos que hacía falta una candidatura donde todas las personas de la hermandad estuvieran representadas de alguna forma. Se intentó llegar a un acuerdo, no pudo ser y al final pues se decidió que cada uno presentara su propio candidato. Creo que ha sido bueno llevar dos alternativas para que los hermanos eligieran. Sí he decir que, a pesar de lo largo que sido el proceso, tanto Miguel como yo siempre hemos velado para que los posibles problemas se quedaran dentro del seno de la hermandad y no trascendieran. Eso después hace mucho daño. Las dos candidaturas hemos mantenido esa discreción por el bien de la institución. Creo que hemos sido en eso ejemplares.

—¿Y el Martes Santo podría tener solución?

—Es complicado. Hay muchas hermandades en esta jornada. Siempre conocí el Martes Santo como el día más tranquilo porque solo salían tres cofradías. Ahora la cosa ha cambiado mucho. Nos afecta porque somos los últimos en pasar y el retraso lo acumulamos nosotros y después de vuelta es muy complicado recuperar ya que, lógicamente, la hermandad al llegar al barrio se quiere recrear un poco. Además, este año vamos a entrar por la calle Peones para ir a visitar a las Hermanas de la Cruz. Con lo cual no es una vuelta directa. Se habla de que alguna hermandad se vaya de esta jornada, pero seguiríamos siendo seis cofradías. Lo único que tenemos como solución es que todos nos ajustemos a los horarios y cumplamos.

—Finalmente los Judíos quedará como una hermandad singular por el simple hecho de que no pasa por la Tornería.

—Nuestro recorrido es muy bonito y, además, muy tradicional. Los únicos cambios que hemos hecho han sido de ida que tomamos o por Justicia o por la Ronda del Caracol. Ahí es donde podría haber alguna división de opiniones. Pero Tornería no está en nuestra hoja de ruta. Estoy convencido.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios