Día Internacional de la Niña

Un grito contra las atrocidades hacia las menores

Una niña alimenta palomas.

Una niña alimenta palomas. / Orlando Barría (Efe)

La periodista y escritora francesa Dominique Sigaud denuncia en el libro La maldición de ser niña las atrocidades que se comenten contra las menores a lo largo de todo el mundo, donde una de cada cinco es víctima de violencias sexuales, que en determinados países alcanzan hasta casi a la mitad.

El libro de Sigaud pretende ser un espejo de lo que ocurre a las niñas en el mundo, de todas las violencias que sufren, un realidad que, tal y como cuenta la autora en una entrevista con Efe, es "el síntoma más oculto de nuestro fracaso colectivo" como sociedad.

La periodista, que con motivo del Día Internacional de la Niña ofrece este martes una conferencia en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, invitada por Entreculturas, Mundo Cooperante y Save The Children, se decidió a escribir el libro al descubrir que una joven francesa, cuya familia era natural de Comoras, fue víctima de ablación tras casarse y a pesar de que las autoridades galas lo supieron, "lo dejaron pasar".

"Entonces descubrí la realidad de las mutilaciones sexuales (y no genitales) en todo el mundo, la extrema crueldad, la tortura contra las niñas. Y decidí saber qué más se hacía contra ellas. Cuando descubrí todo el retrato, comprendí que tenemos un gran problema. Un gran problema en la forma en que nos comportamos con las niñas", sostiene Sigaud.

"Las matamos, las violamos, las incestamos, las casamos a los 12 años, las ponemos en burdeles, en esclavitud sexual y doméstica, las matamos por una supuesta cuestión de honor... ¿Estamos locos? Sí", continua la escritora.

En el libro aporta cifras como que una de cada diez niñas es víctima de una violación o de otros actos sexuales forzados en el mundo, que una de cada cinco sufre violencias sexuales antes de cumplir los 18 años, una proporción que llega a una de cada tres e incluso a una de cada dos en algunos países.

Sigaud, que para escribir su obra visitó varios países, trabajó en contacto con otros a través de asociaciones de mujeres e hizo numerosas entrevistas, considera que para avanzar la religión ha sido "un problema", por el lugar que da al hombre y a la mujer.

Cree que "pequeñas partes" de la sociedad son conscientes de la situación que padecen millones de niñas en el mundo pero no hacen nada para cambiarla con lo que la autora apuesta por fomentar herramientas de que cambien la situación.

A su juicio, hay que hacer "estudios serios y profundos sobre cómo se mata a las niñas en todo el mundo", sobre "cómo millones y millones de niñas son incestadas en todo el mundo", "mostrar el sistema" y hacer "una gran marcha por las niñas" este 11 de octubre.

Apuesta también por una gran conferencia internacional sobre estos temas y por impulsar la prevención en todas las escuelas.

Por eso, destaca la importancia de la educación sexual desde edades tempranas. "Los niños tienen que saber que la violencia sexual contra los menores existe, para poder reaccionar si ocurre. Sin prevención, nunca oyen hablar de ella antes de que ocurra", sostiene.

En este sentido, subraya que una de las principales funciones de la sociedad es prevenir el peligro para los niños pero, añade, "los adultos evitan éste, que es uno de los más peligrosos".

"Aprender en la escuela sobre el cuerpo, el sexo, la igualdad, los secretos malos, los malos gestos es muy bueno porque es el lugar común, donde se recibe el conocimiento común", abunda Sigaud, que en la versión en español de la obra aborda el caso de La Manada y valora la voluntad política de cambiar leyes, pensamientos y culturas.

No destaca ningún país como espejo en el que mirarse para acabar con la violencia contra las menores porque añade: "Te lo diré cuando algo cambie realmente en Europa".

En este sentido, indica que en Francia hay más de 200 violaciones de niñas cada día, más que de mujeres, el 80  en el seno de la familia y en una clase de un colegio, de 30 menores de 11 años, 2 o 3 han sido agredidos o han sido víctimas de incesto. "Miremos primero a los ojos de estos niños. Ellos saben mucho. Tienen mucho que decir", concluye.

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