Toros

Un Delgado con fibra y estilo torero

  • El diestro ecijano consigue el único trofeo por una buena faena bien rubricada. Esaú, por los aceros, pierde premio y Nazaré se justifica ante el peor lote de Las Ramblas.

Con fibra –como dicen algunos en el argot–, ese mordiente necesario para calar en el público, y con estilo, el ecijano Miguel Ángel Delgado ganó a ley el único trofeo del festejo por una faena medida y rematada contundentemente con la espada. Todo sucedía en el quinto, cuando se marchaban un puñado de nubes y se abría el cielo sevillano en una tarde en la que Esaú Fernández estuvo a punto de conseguir otro trofeo, que no logró por el desacierto con la espada –el camero, debido al fallo con los aceros, se ha dejado tres orejas en dos tardes consecutivas en la Maestranza–. Antonio Nazaré, que abrió cartel, cumplió ante un lote pésimo.

Ayuno de sol y con escaso ambiente en el último festejo de la temporada, se lidió un encierro de la ganadería de Las Ramblas, con tres cinqueños (primero, quinto y sexto), destacando positivamente los lidiados en quinto y sexto lugares.

El espectáculo iba cuesta abajo y sin frenos, marcado por el mal juego de los toros de la ganadería salmantina, cuando saltó el quinto, serio, astifino, de pinta negra, Tajante, que haciendo honor a su nombre, acometió con contundencia en el primer tercio, derribando en dos encuentros al picador, Juan Carlos Fernández, y a su cabalgadura. Tras ser picado, el toro galopó con pies en banderillas, con un par soberbio de Fernando Sánchez, que entró andando, expuso mucho y salió de la cara gallardamente. Osuna también estuvo a buena altura, siendo arrollado peligrosamente. Delgado, que había lanceado, genuflexo, con bellas verónicas, brindó su faena a El Cid. Una obra marcada por la quietud y la calidad. En los medios, de largo, con la izquierda, dibujó buenos naturales. Estalló una fuerte ovación y se arrancó la música. La siguiente serie, con esa mano, por ligazón, cobró más altura. Con la derecha, el diestro aguantó mucho, intercalando un fallero –muletazo por la espalda– que asustó al público. En otra serie bajó la mano, entre tanto el toro salía con la cara alta. En un remate, el astado se revolvió y le lanzó por los aires. Ya en la arena, Delgado hizo la croqueta –giró sobre si mismo– y se zafó de una cornada cantada. El toro, rajado, se refugió en tablas. Una estocada entera contundente fue el pasaporte para la concesión del trofeo.

El segundo, un ejemplar bien armado, también derribó a jinete y caballo en dos encuentros. Luego, gazapón, salía con la cara por las nubes y se rajó pronto. Delgado expuso en el comienzo del trasteo, con un muletazo por la espalda. El animal buscó tablas de inmediato y allí le robó pases. También mató al primer envite.

Esaú Fernández tuvo en suerte en el cierre del festejo al sexto, el mejor del encierro. Un cinqueño, alto y largo, de nombre Coliblanco, que hizo una buena pelea en varas y con el que se lució en banderillas Curro Robles. Embistió con transmisión. Esaú Fernández consiguió un par de tandas meritorias por el pitón derecho y por el izquierdo una buena serie y naturales sueltos de calidad. Pero no acertó con la rúbrica exacta –pinchazo, casi entera y descabello– y se quedó sin premio.

Esaú Fernández se esforzó ante el tercero, bien presentado y que se frenó constantemente con peligro en una labor que brindó a varios toreros cameros retirados.

Antonio Nazaré cumplió ante el que abrió plaza, otro cinqueño. Ganó terreno a la verónica y estuvo voluntarioso con la franela ante un animal áspero y sin entrega.

El cuarto, bajo, largo, de perchas muy astifinas, se lo puso más difícil al nazareno. En las afueras, se peleó con un astado parado y que medía, cerrando la labor con un arrimón.

Miguel Ángel Delgado, en tarde de claroscuro, como el cielo sevillano, consiguió lo más límpido en la faena al quinto gracias a la fibra de la que tiró, a su quietud y a su buen estilo torero.

Ficha del festejo

Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla

Ganadería: Corrida de Las Ramblas, seria y con tres cinqueños (primero, quinto y sexto). En comportamiento, destacaron positivamente quinto y sexto; entre tanto los cuatro primeros dieron mal juego.

TOREROS: Antonio Nazaré, de blanco y oro. Estocada entera (algunas palmas). Dos pinchazos y estocada (silencio). Miguel Ángel Delgado, de lila y oro. Estocada (saludos tras ovación). Estocada entera (oreja). Esaú Fernández, de azul marino y oro. Entera, delantera (silencio). Pinchazo y casi entera (saludos tras ovación).

INCIDENCIAS: Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Lunes 12 de octubre. Último festejo de la temporada, organizado para la Cruz Roja. Un cuarto de entrada en tarde que comenzó nubosa y terminó abriéndose. En banderillas destacaron Raúl Ruiz y Fernando Sánchez en el segundo y nuevamente Sánchez en el quinto, junto a Antonio Osuna, que fue arrollado peligrosamente; así como Curro Robles en el sexto. Tras la lidia del tercer toro, un grupo de niños desplegaron una pancarta – ”Jóvenes ecologistas taurinos”–, hecho aplaudido por el público.

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