JOSÉ RAMÓN ESTÉVEZ. PRESIDENTE DE GRUPO ESTÉVEZ

"El jerez ya no está en crisis y ahora lo primero es volver a crear empleo"

  • La relación con Mercadona ha marcado "un antes y un después" en Estévez, en plena expansión tras la compra de 400 hectáreas de viñedo · El presidente de la bodega habla de resurrección, pero pide "no volverse locos"

Grupo Estévez acaba de cerrar la compra a Beam -las antiguas bodegas Domecq- de 400 hectáreas de viñedo en la mayor operación que se realiza en el Marco en muchos años. Mientras otros adelgazan, la empresa familiar prosigue su expansión de la mano de Mercadona, cadena con la que empezó a trabajar en 1998 y que ha marcado "un antes y un después" en la casa del 'Tío Mateo' por el volumen que representa el medio centenar de referencias que elabora para la compañía valenciana y que se venden en su millar largo de supermercados repartidos por España. José Ramón Estévez, presidente de la bodega, cree que el jerez ha superado su crisis y que es momento de "construir", de olvidarse de los malos momentos para volver a crear empleo en el sector, pero sin renunciar a la calidad.

-La compra de viñedo es una buena noticia en un Marco que cada vez tiene menos hectáreas. De hecho, desde aquí se ve la campiña llena de calvas.

-Es una pena. Cada vez que vas por la campiña y dices eso fue una viña, aquello fue otra viña... y todo el trabajo y la ilusión que se ha puesto. En fin, es una pena, un patrimonio perdido, pero tenemos una responsabilidad por la herencia que hemos recibido y que no se puede perder. Yo ahora estoy en crear empleo, y la compra está en esa línea, porque con las hectáreas que quedan y la demanda de fuera, puede haber problemas de suministro.

-Es curioso, Fedejerez estimó hace pocos años que sobraba un tercio del viñedo en jerez y ahora resulta que falta.

-Yo nunca he dicho que sobraran y si hubiéramos sido inteligentes no hubiéramos arrancado una barbaridad de viñas ni habríamos perdido tanta mano de obra y no tendríamos tanto paro en Jerez. Yo asumo lo que tenga que asumir, pero siempre me he pronunciado como he creído conveniente y siempre he sido partidario de no arrancar viñas en Jerez. Así se lo he dicho al delegado de Agricultura, al consejero de Agricultura y a todo el mundo, porque hay una riqueza a la que no podemos renunciar.

-¿Hay un plan de expansión detrás de la compra?

-Por lo pronto, vamos a necesitar tanta gente como la que tenía Beam para las viñas que hemos comprado, que necesita unos cuidados. Ponerla en plena producción, podarla, castrarla, injertarla, requiere mucha mano de obra especializada. Siempre que nuestros clientes nos demanden estaremos dispuestos a crecer. Beam es una multinacional, fantástica, de éxito, pero tiene la posibilidad de sacarle mucha más rentabilidad al dinero que tiene metido en Jerez en otras áreas. Eso encaja con que yo soy capaz de sacarle más rentabilidad, pues creo que sí.

-En una inversión como esta también tendrá algo que ver Mercadona. ¿Qué supone la cadena para Estévez?

-Mercadona supone más de un 50% hoy en día.

-¿Tendrá alguna garantía de continuidad?

-Mercadona no se va a ir, es para toda la vida. Estoy seguro de ello.

-Explíquese.

-En primer lugar, no voy a dejar que se vaya y, en segundo, no es la filosofía de Mercadona. Y si Mercadona se equivoca conmigo, se equivoca con su proyecto, pero eso no va a pasar. Mercadona ha supuesto un antes y un después para el Grupo Estévez, nos ha hecho ver la forma de hacer negocio, crear riqueza y distribuirla. Nosotros estamos con Mercadona desde 1998. En su día, hicimos la apuesta que otros no vieron y aquí están los frutos.

-¿Estamos hablando de volumen por volumen?

-No, Mercadona nunca se cuestiona el volumen, se cuestiona la calidad y el beneficio de todos los que intervienen: primero el cliente, luego los trabajadores, luego los proveedores, luego la sociedad y luego el capital. Cuando pones ese modelo, esa filosofía en funcionamiento, los resultados son espectaculares. Tenemos ahora una gente motivada, trabajando con una dedicación impresionante; tenemos unos proveedores que están encantados porque les garantizamos el pago y ganan dinero. Nosotros en la viña el año pasado hemos pagado un 10% más que el precio de mercado, y este año vamos a pagar otro 10% y al siguiente otro 10% más porque queremos que el proveedor gane dinero. Pagamos más, pero también exigimos más, porque la calidad es fundamental. El precio está en función de lo que tú percibas. No siempre vender más caro significa que eres menos competitivo. Puedes vender más caro y ser competitivo porque estás dando más calidad, estás dando algo más que los demás no dan. Pero hay que tener presente que sin proveedor no tengo negocio y el jerez ha dejado de ser un commodity. Es un vino único en el mundo y que no tiene barreras.

-Alguna barrera, o frontera, tiene en el mismo Jerez.

-Eso forma parte de la cultura del jerezano, pero o tiramos por lo nuestro o... Me da pena que a los jerezanos le falte un poco de más cariño por su tierra. Cuando salimos fuera hablamos muy bien, pero aquí estamos todo el día rajando. Tenemos que tirar por lo nuestro porque hay mucho paro en Jerez, mucha gente a la que darle de comer y hay un patrimonio cultural e histórico en la viña tremendo. Hemos llegado al límite, estamos en el límite de muchas cosas, así que vamos a hacer las cosas bien.

-En el sector hay quien empieza a ver señales de recuperación, ¿está de acuerdo?

-La situación del jerez hoy es muchísimo mejor que la del año pasado, y que la del otro, y la del otro. Es mejor porque todo está ajustado -el Marco ha recuperado el equilibrio entre la oferta y la demanda-, pero eso no quiere decir que esté todo hecho, porque hay que reinventarse todos los días. Una de las cosas que falta aquí es hablar claro y asumir un liderazgo, tenemos la obligación de no estar pensando todos los días qué van a hacer por nosotros, sino hacer nosotros cosas. Partiendo de cero, Jerez tiene mucho en comparación con otras denominaciones de origen y otros productos que están naciendo, tiene un capital humano y de producto que tenemos que aprovechar, así que vamos a aprovecharlo.

-¿Cómo se puede aprovechar?

-Lo único que hace falta es que los empresarios se pongan las pilas y que todos trabajemos en la misma línea, y entre todos incluyo a los jerezanos, que tendrían que estar bebiendo jerez todos los días. ¿Por qué se beben un rueda u otro vino y no un jerez?

-Quizás la explicación es que el jerez ha sido siempre un vino con más vocación exportadora que local.

-¿Y con la Feria de Jerez, qué hacemos?, ¿qué evento hay en Jerez más importante que la feria?, que es nuestra cultura, nuestra forma de vida...

-¿Y qué hacemos el resto del año?

-El resto de año lo que hacemos es tirarlo, regalarlo, Cuando llegan las Navidades los juguetes valen más caros que en rebajas, pero en el sector hacemos al revés, cuando llega la época de demanda lo que hacemos es regalarlo. Hemos hecho las cosas al revés durante mucho tiempo, pero me da igual, ahora toca ser realistas y es el momento de crecer. Todo lo que pueda decir de lo que hemos hecho mal lo sabe todo el mundo, lo saben las cooperativas, lo saben los viñistas, lo saben los agricultores de Asaja, lo sabemos los bodegueros y lo sabemos todos, pero tenemos que partir de cero y empezar a construir otra vez.

-Le noto muy optimista.

-Optimista no, realista. El jerez ya no está en crisis, ha resucitado porque se ha llegado al ajuste e insisto en que lo primero que tenemos que hacer es que el sector primario, sin el cual el negocio no existiría, gane dinero. Pero no podemos pasar de la noche a la mañana de la gran secada a la gran mojada, porque las bodegas no seríamos capaces de asumirlo. Ahí es donde tenemos que ponernos de acuerdo, pero es lo primero. Y en la medida que tengamos garantía de suministro, que no lo tenemos porque se han arrancado muchas viñas, podremos crecer.

-Muchos se han quedado en el camino hasta llegar a ese ajuste.

-Sí. Estamos en seis mil hectáreas y estábamos en 22.000, así que empieza a contar. El año pasado teníamos 1.800 viñistas y un montón han dejado de estar, como también se han caído un montón de empleados del sector y de industrias auxiliares. Pero ya se ha terminado, ya no estamos en crisis, estamos equilibrados y hay que ponerse las pilas. Tampoco nos podemos volver locos ahora con el equilibrio y decir mañana que la uva va a valer 200 pesetas, no. Yo aspiro a que Jerez sea como champán o como coñac. ¿Tú sabes cuánto vale una hectárea de viña en champán?

--Si la de Jerez no llega a 9.000 euros, pongamos 15.000.

-Un millón de euros.

-¿Cómo?

-Has oído bien, un millón de euros y el kilo de uva vale cinco o seis euros.

-Las bodegas tendrán su parte de culpa en todo esto.

-Las bodegas tenían el problema de que las ventas se le venían abajo y así es imposible mantener una estructura de costes. Pero no ha habido visión de futuro, visión empresarial y no se ha tenido en cuenta el deterioro de mano de obra que eso implicaba. La situación ha cambiado y yo estoy ahora por crear empleo, porque tenemos una responsabilidad.

-Esa responsabilidad también pasa por el Consejo y por dotarlo de presupuestos para la promoción del jerez.

-En primer lugar, tenemos que darle las gracias a Beltrán Domecq por haber asumido el reto de la presidencia del Consejo. Es una persona que va a dar mucho valor a la denominación porque tiene un reconocimiento internacional y conoce muy bien el sector. Si no lo dotamos de recursos y no lo apoyamos, su labor va a ser muy difícil. Para poder tener recursos hay que tener margen, rentabilidad, beneficio, porque hoy no se puede pedir dinero a un banco. Yo lo pediría para invertir en Jerez porque creo en Jerez y creo que reinventándonos día a día tenemos muchas más cosas que decir que otros productos, otras denominaciones y otro tipo de negocios. Pero tenemos que recuperar la rentabilidad y la misma pasa porque el viticultor gane dinero. Si el viticultor no gana dinero nos quedaremos sin uva. Y sin uva no hay vino, no hay nada. Y si no vendemos nada no sé qué hacemos aquí.

-¿Qué pensaría su padre -José Estévez- de todo lo que ha pasado el jerez?

-Mi padre se vio venir la situación, por las circunstancias, la sociedad, la política. Hemos vivido en un mundo muy superfluo en el que ha sido malo todo. Los empresarios se tienen que poner de acuerdo con los empresarios, con los viñistas, con las cooperativas y dejarse de rollos con las instituciones... Nos tenemos que olvidar ya de las zancadillas y las cosas malas que hemos hecho. Tenemos un gran capital, tenemos un montón de gente trabajadora buena en Jerez, tenemos la obligación de tirar para adelante y sacar la herencia que hemos recibido. Y se puede porque las magnitudes están equilibradas. Antes había muchas cosas que distorsionaban. Exceso de producción, exceso de existencias, exceso de financiación, operadores que no tenían que estar -en velada referencia a Ruiz Mateos-. Pero eso ha desaparecido y tenemos un nombre mundialmente conocido por el producto, el motociclismo, por los caballos, la feria, por su gente, sus personajes... y eso hay que capitalizarlo.

-Después de tantas fatigas, ¿se ha aprendido la lección?

-El que no haya aprendido ya no lo va a hacer nunca. Creo que ahora las cosas están mucho más claras.

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