Kevin Anderson, finalista del último Abierto de Estados Unidos, consiguió el triunfo en el torneo de exhibición de Abu Dhabi, el Mubadala Championship, tras superar a Roberto Bautista por 6-4 y 7-6 (0).

El sudafricano, decimocuarto del mundo, se mostró más sólido que el español, vigésimo, que intentó dar un giro a la situación en el segundo set. Sin embargo, el potente servicio de Anderson frenó las aspiraciones de Bautista.

De esta forma, Anderson logró el trofeo por primera vez en una competición que siempre había tenido como campeón a uno de los cuatro primeros jugadores del ranking ATP.

La del 2017 fue una edición atípica, con un cartel final que nada tuvo que ver con el previsto inicialmente. Rafael Nadal, Novak Djokovic, Stanislas Wawrinka o Milos Raonic eran algunos de los reclamos de la competición, pero finalmente no participaron.

Fue una cita accidentada, resuelta en su programa improvisadamente, con Andy Murray como sustituto de Djokovic el viernes.

Finalmente, Anderson y Bautista mantuvieron el nivel y alcanzaron la final. Fue el segundo enfrentamiento entre ambos. En el anterior, en Valencia en 2013, la victoria sí fue para el castellonense.

Antes de que Bautista y Anderson se vieran las caras se disputó el primer partido femenino de la historia del torneo de Abu Dhabi, en el que Serena Williams regresó a las pistas con derrota frente a Jelena Ostapenko.

La estadounidense, de 36 años y que volvía a competir tras un año de ausencia por su maternidad, cayó 2-6, 6-3, 10-5 ante Ostapenko, campeona de Roland Garros.

"Estoy emocionada, es bueno estar de vuelta en la pista. Los primeros partidos cuando regresas siempre son increíblemente difíciles, sobre todo después de tener una bebé", declaró Williams. "Pero fue tremendo. Me hizo muy feliz poder jugar aquí", agregó.

Williams perdió el primer set ante su rival, 16 años menor que ella, pero levantó su nivel y se llevó la segunda manga. En el abreviado tercer parcial, la norteamericana cedió el partido.

En enero de 2017, la menor de las Williams logró su vigésimo tercer Grand Slam al imponerse en el Abierto de Australia. Semanas después informó que en ese momento ya estaba embarazada de ocho semanas.

Después de dar a luz a su primera hija en septiembre, la tenista había dicho que quería regresar a defender su título en Melbourne, aunque hasta el momento no lo ha confirmado.