El Barça se juega hoy su futuro europeo, la posibilidad de clasificarse para la fase final que se jugará en Madrid, pero para ello deberá repetir la actuación firmada hace unos días ante el Maccabi y volver a ganar a los israelíes, esta vez en Tel Aviv, donde no vencen desde 1991. El equipo de Xavi Pascual ha merecido este desempate, logrado después de firmar un buen partido en el Palau, con una excepcional demostración de Basile, que llevó en volandas a su equipo y fue el protagonista del mejor partido de la temporada.

Los azulgranas, que están instalados desde el martes en Tel Aviv, están pendientes del estado físico de Ersan Ilyasova, que fue el mejor en la derrota en el primer partido y se lesionó en el segundo.

Además, la fragilidad del equipo, especialmente cuando juega como visitante, es su principal inconveniente y recuperar en el aspecto anotador a Jaka Lakovic, esencial para poder salir victorioso del pabellón la mano de Elías, ahora Nokia Arena. El Barça necesita ajustar sus piezas, en el juego exterior y también por dentro. Cuando el Maccabi ha podido jugar en la pintura, la tripleta Vujcic, Esteban y, especialmente, Morris han sido dominadores y los de Pascual han sufrido en demasía, a pesar de contar con jugadores del nivel de Mario Kasun o de Fran Vázquez, que ha ganado minutos en el equipo, en detrimento de Trias, desde la llegada de Xavi Pascual al banquillo.