Si un desconocedor del mundo fútbol revisa la prensa más afín a Barcelona y Real Madrid no tendría del todo claro cómo valorar lo conseguido por cada equipo en esta temporada. ¿De quién se trata el fin de ciclo? ¿Quién necesita reestructurar en profundidad su plantilla? ¿Podrán hacer frente el próximo año a la amenaza del Bayern Múnich con el añadido de Pep Guardiola? Esos interrogantes aseguran que ambos conjuntos animarán el mercado de fichajes de este verano.

En la Ciudad Condal se llegó a cuestionar la idoneidad de Tito Vilanova -tanto por aspectos deportivos como por otros que no lo son-, pese a que su Barcelona se ha proclamado campeón de Liga con autoridad e incluso todavía aspira a igualar la mejor puntuación histórica de la Liga, como se refleja en el gráfico adjunto.

En el conjunto azulgrana se apunta a la necesidad de realizar fichajes en todas las líneas. Desde la portería, donde el futuro de Víctor Valdés se mantiene como una incógnita, a la defensa, la posición con más problemas durante toda la temporada, pasando por el centro del campo y la delantera, en la que la negociación de Neymar ya ha empezado a copar las portadas.

No sólo en el capítulo de refuerzos centra la atención de la actualidad azulgrana. Si Valdés ya anunció su deseo de abandonar la disciplina azulgrana cuando acabase su contrato, otros jugadores como Alexis, Cesc, Villa o incluso el capitán Puyol han aparecido como posibles candidatos a abandonar el club, lo que abriría la puerta a nuevas incorporaciones.

Si en el campeón de Liga se apunta a una profunda renovación de la plantilla, en el Real Madrid se avecina una revolución, después de que esta temporada sólo haya logrado un título menor como la Supercopa de España. El adiós de José Mourinho marcará el inicio de los cambios en el club de Chamartín, que también sufrirá reformas en la plantilla, aunque todo queda pendiente del inquilino final del banquillo madridista.

El fracaso de Florentino Pérez, que se puso en manos del entrenador portugués para lograr la Décima, sí representa un auténtico final de ciclo, aunque el presidente intentará que su bandera del nuevo proyecto continúe en la figura de Cristiano Ronaldo. El atacante luso tiene contrato hasta junio de 2015, pero en sucesivas ocasiones se ha negado a dialogar con el máximo dirigente madridista para la ampliación del mismo, asunto que ahora se antoja indispensable para Florentino de cara a las próximas elecciones.

Tanto Barcelona como Real Madrid necesitan prepararse para el órdago que les viene lanzando el Bayern Múnich en las dos últimas temporadas. Si en la pasada el club alemán eliminó a los de Mourinho en las semifinales de la Liga de Campeones, en ésta pasó por encima del Barcelona, con una exhibición de poderío tanto en el Allianz Arena como en el Camp Nou.

El desafío que viene de Alemania -tan de moda en esta Europa en recesión- encuentra el añadido del regreso de Pep Guardiola a los banquillos, todo un aliciente en la Bundesliga y que representará una muesca más para los equipos españoles.

Si en los últimos años siempre se había mirado a la Premier como principal rival para la Liga española, la marcha de Sir Alex Fergusón del United, la decadencia del Arsenal de Arsene Wenger o las dudas que se ciernen sobre los proyectos de Chelsea, donde se da por seguro el regreso de Mourinho, y City, donde podría recalar Manuel Pellegrini, colocan al Bayern como principal rival para la supremacía europea.

Los movimientos han empezado en esta ocasión con mayor antelación tanto en el Real Madrid como el Barcelona y ya se vislumbra el verano más movido de los últimos tiempos en ambas aceras, con la consiguiente repercusión en el resto de rivales que mercadearán con sus principales figuras. La apertura de un nuevo ciclo aparece en la escena de ambos clubes, aunque el Barcelona lo afronta con el gusto del último título de Liga incluido en sus vitrinas.