Martes de Feria

El sol reina ante una menor afluencia

  • La jornada previa al Día de la Mujer estuvo marcada por las altas temperaturas y un descenso en el número de trajes de gitana, que se reservaron para ser lucidos hoy.

QUE sí, hombre, que el calor es bueno. Lo que no conviene demasiado es la lluvia que dan para el jueves porque nos paraliza a todos. Pero es que si no hay calor esto no es la Feria", expresaba un cochero al mediodía en el Real del González Hontoria. Y es que si algo marcó la jornada fue el calor. Le quitó el protagonismo incluso al descenso de personas que se acercaron hasta el Real debido a que ayer fue el primer día laborable de esta edición de Feria.

Las horas más duras de la jornada se sufrieron al principio del día. El sol no había querido perderse la Feria y asfixiaba lo suficiente como para que las chaquetas y las corbatas sobraran y fuera casi imposible pasear al mediodía sin hacer bailar un abanico, algo que no había sido imprescindible en esta edición.

No obstante, nada impedía la fiesta. La sombra era una gran aliada y cualquier lugar era bueno para ser utilizado como refugio: los caseteros se mostraban contentos con ello. La bebida ayudó a paliar la agresividad de la temperatura y los más valientes se atrevieron a desafiarla no solo con su presencia, sino bailando mirando cara a cara a sus compañeros desde primera hora de la tarde.

Muchos tenían programadas las comidas con la familia o los amigos. Fueron los que salvaron el día a los caseteros, que lo tenían todo preparado antes de que multitud de comensales disfrutaran de un almuerzo típico en el Real. Fueron muy pocos los que improvisaron e hicieron saltar la sorpresa. "Lo de haber adelantado al primer fin de semana la apertura y que se haya cogido como puente ha hecho que la gente coja con mucha fuerza el inicio. Ahora hay que reservarse porque ya no hay tanto dinero como antes", reconocía un casetero al mediodía. Familias enteras y grupos de amigos no querían perderse la cita, mientras los trabajadores del González Hontoria miraban de soslayo hacia el repunte que traería la noche en el negocio.

El hecho de ser 'jornada Champions' no afectó demasiado. Algunos decidieron quedarse en casa para ver la vuelta de semifinales entre el Bayern de Munich y el Atlético de Madrid, pero aún así los caseteros no se planteaban poner ninguna televisión para captar clientes. Alguno quería que el ritmo de la competición europea se parase por la Feria del Caballo, aunque no parece que los dirigentes futboleros vayan a estar por la labor por mucho que en el Real se dejen ver bastantes futbolistas. "Yo es que prohibía la Champions en estos días, de verdad. Seguro que alguno estará pendiente, pero aquí no se va a poder seguir", comentaba un casetero que se mostraba más preocupado por el partido de hoy entre Real Madrid y Manchester City.

Fue día también para salir con la clase. Los escolares acostumbran a quedar con los amigos después de terminar la jornada lectiva y muchos piensan repetir durante una semana que algunos se toman de vacaciones. Ellos también ayudaron a aumentar la afluencia una vez pasadas las 16 horas.

Por otra parte, como viene siendo costumbre en los últimos años, se vieron menos trajes de gitana. En eso también se notó la afluencia, aunque no parecía ser este el principal motivo. El hecho de que en la jornada de hoy la mayoría de mujeres luzcan su traje por ser el día de las féminas por excelencia mermó la utilización del mismo ayer y muchas prefirieron guardar dicha vestimenta por razones obvias.

Los que peor llevaron la jornada, sin alguna duda, fueron los cocheros. Muchos estaban parados y aguardaban su momento sin demasiada fortuna. Algunos parecían desesperados por encontrar alguien a quien pasear. "Venga, que se anime toda la familia. ¿Una vueltecita?", pregonaba uno de estos profesionales, que ante la falta de trabajo había decidido estacionar su carruaje a uno de los lados del Paseo de las Palmeras para captar el mismo a los clientes. Otra cochera apuntaba al buen fin de semana, aunque se quejaba también del día: "La verdad es que este primer fin de semana sí que hemos hecho mucho, pero hoy -ayer para el lector -no tenemos demasiado trabajo. Bueno, el compañero me dijo antes que ni siquiera se había estrenado". Pero no dejaba ahí el apunte y, con la esperanza de que todo mejorara, mostraba su descontento con un martes laborable: "La gente vino a reventar en los primeros días y ahora fíjate que es que no hay gente paseando por ningún sitio. La han cogido con ganas".

La despedida fue como la del día anterior. El Día del Niño sirvió de ayuda para que se viera un mejor ambiente conforme fue pasando la tarde y, con la caída del sol, las temperaturas fueron amainando para que hubiera que tirar de jersey. En definitiva, un día más que sirvió de previa al Día de la Mujer.

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