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Memoria me dio 'pa' ti... Juan de la Plata

"Me hubiera gustado ser un buen cantaor"

  • "Puedo presumir de saber distinguir y escuchar y para eso sirven muy pocos", señalaba el flamencólogo años atrás.

En día tan triste para Jerez y en especial para los que hacemos este suplemento, donde Juan de la Plata fue uno de los más fervientes colaboradores, teníamos que dedicar una de las entrevistas de esta sección a su persona, en lo que será nuestro pequeño homenaje.

Nos iremos hasta el año 1973, cuando Abc, en concreto Francisco Amores, publica una entrevista de cuatro capítulos. La misma se puede leer en el blog Papeles Flamencos.

Cuenta Juan que a los cinco años escuchó sus primeros discos de flamenco "en un bar que había enfrente de mi casa y tenía una gramola" y allí quedó prendado del cante de "Cepero, Chacón, El Gloria y Manuel Torre", al que consideraba "mi único ídolo flamenco".

Una enfermedad muy habitual en la época, la septicemia, no sólo le pasa factura físicamente cuando era un niño, sino que fue la que, al no poder salir de casa, le permite aprender a "leer solo, leyendo todos los libros que mi padre tenía en su extensa biblioteca".

A lo largo de su amplia trayectoria, Juan reconoce su amor por la poesía "para mí el más bello y puro de todos los géneros literarios", aunque su mayor frustración, según reconoce al periodista, "es no saber cantar, me hubiera gustado ser un buen cantaor".

Juan, que presumía de "saber distinguir y saber escuchar, y para eso sirven muy pocos", pronto alude a su gran pasión, el flamenco. "El flamenco es algo consustancial con mi propia vida, con mi propia manera de ser y sentirn las cosas".

El director de la Cátedra se consideraba "un simple aficionado" y tenía claro que al flamenco lo habían levantado nombres como "Anselmo González-Climent, Amós Rodríguez Rey, Manolo Ríos Ruiz, Pepín Caballero Bonald, Fernando Quiñones, Pepe Blas Vega, Antonio Murciano, Ricardo Molina y algún otro poeta, amén de un puñado de artistas puros conscientes de su responsabilidad ante la historia flamenca: Antonio Mairena, Fosforito, Juan Talega, Aurelio, Terremoto..."

Juan de la Plata tenía su propia teoría sobre el origen del cante flamenco, que en opinión "es de total ascendencia andaluza", aunque reconocía que "a lo largo del tiempo ha tenido diversas influencias, la más fuerte la de los gitanos (...). Desde entonces ellos tienen la capitanía del cante".

Su devoción por Manuel Torre, cuya voz definía como "la más jonda" era conocida, pero además ensalzaba "el cante impresionante de Juan Talega", "el eco de mi tío Tomás Torre, la angustia por seguiriyas y soleá de Tía Anica la Piriñaca", a la que definía como "la mejor cantaora de Jerez en los últimos 50 años"; "la soleá lastimera y doliente de la Fernanda, el negro sonido de Fernando Terremoto y la ciencia de todos los cantes de mi admirado amigo y gran maestro de esta época Antonio Mairena". No se olvidaba tampoco de "Chocolate, Fosforito, Menese, Caracol, La Paquera, María Vargas, y el primitivismo racial de mi paisano Manolo Agujetas".

Por último, el jerezano hacía mención a esa curiosa afirmación de que los flamencólogos no saben nada de flamenco, a lo que respondía: "Eso lo dicen algunos artistas y añaden que los flamencólogos no sirven para nada. Eso es una barbaridad; hay flamencólogos serios, verdaderas autoridades en la materia". Juan defendía su papel y admitía que gracias a "que los flamencólogos atacan sin ton ni son algunos artistas cobran más dinero". Su misión, según el periodista, debía ser "trabajar en pro de estos valores musicales del pueblo andaluz y velando por su pureza".

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