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Jerez

Alcohol, droga y precocidad sexual, un cóctel "claro" entre los menores

  • Un estudio de la Escuela de Relaciones Laborales de Jerez constata la importancia radical del entorno, la formación de los padres y el bienestar en el colegio en el desarrollo de "comportamientos de riesgo"

En la adolescencia, una de las etapas más sensibles en la formación de la persona, todo es un círculo vicioso. Especialmente sensible y vicioso. Agresividad, alcohol, tabaco, drogas y precocidad sexual forman un cóctel "claramente" interrelacionado, correlativo, una cosa lleva a la otra, un hábito conduce al otro, y da lugar a un patrón de menor con muchos paralelismos, con "comportamientos de riesgo" comunes.

Esta cadena de variables es la principal, y novedosa, conclusión de un estudio realizado por el Grupo Universitario de Investigación Social (GUIS) que dirige el profesor titular de Salud Pública y de Salud Laboral en la Escuela de Relaciones Laborales de Jerez, José Rodríguez Carrión, junto a Clara Isabel Traverso, doctora en Cirugía y sus Especialidades.

El informe arranca en la violencia, analiza los distintos consumos y acaba en el sexo porque quienes tienen relaciones, más precoces o más frecuentes, son también los que beben, toman sustancias estupefacientes, tienen peores notas y, sobre todo, de forma generalizada, una peor relación con sus padres y una imagen menos favorable de su entorno escolar.

Es en esta última parte donde incide el estudio porque considera probada la relación directa entre un buena situación familiar, una mayor formación de los progenitores, y un adecuado ambiente educativo y el desarrollo, o no, de actitudes conflictivas. "Está demostrado que en los niños que tienen buena comunicación con sus padres y los valoran, los comportamientos de riesgo son menores, y lo mismo ocurre con sus profesores, porque el niño que siente que el profesor le tiene en cuenta y que comprende bien los mensajes que éste le transmite, está en menos riesgo, y eso es lo que debería potenciar", argumentó Rodríguez Carrión.

Este hecho lleva al profesor a proponer una "solución", basada en aspectos como la recuperación de un "trípode inexcusable", formado por familia, profesorado y medios de comunicación, implicado en la "educación en valores"; o la utilización de la figura del "líder" entre los escolares.

El análisis se ha realizado a través de cuestionarios anónimos, de más de 100 preguntas y casi 200 variables, entre más de 2.000 estudiantes de Educación Secundaria en Andalucía. Entre los paralelismos detectados se da la mayor precocidad entre los adolescentes conflictivos. La edad de inicio baja a los 14 años, pero sólo -relativamente- el 20,7% de los gaditanos confiesa haber mantenido ya relaciones sexuales completas. Entre estos precoces, el 80,7% consumía también alcohol, el 51% fuma y el 24% consume drogas, además de que son mayoritarios entre los que participan en actos violentos y hasta dos de cada tres acuden al IES con teléfono móvil. Incluso, esta interrelación se ha comprobado que también existe con el cíbersexo: quienes dicen practicarlo también fuman más (73% frente al 52% de lo que no) y lo mismo ocurre con la droga (casi el triple) y los cigarrillos (el doble).

Según el director del grupo de investigación las dos principales causas de que este adelanto sexual son, por un lado, "los programas y series de televisión donde los chavales ven como normales prácticas que no lo son en realidad", y por otro, el efecto activar que provoca el llamado "mecanismo de prueba": "¿Tú todavía no has probado esto?".

Otro indicador importante es el alcohol. Más del 50% reconoce que ya ha tomado alcohol y entre ellos, se triplica la incidencia de la droga frente a los que no beben y se duplican los casos de relaciones sexuales completas.

Otra comparación posible es con la formación de los padres, una referencia en todos los ámbitos del estudio. Por ejemplo, la incidencia del alcohol y la droga es mayor entre quienes tienen progenitores sin formación o con sólo estudios primarios (55%), mientras que entre aquellos no consumidores se invierte la balanza y son mayoría los universitarios y de Bachillerato (61%).

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