Tras el crimen del pasado fin de semana en el botellódromo, el Ayuntamiento empieza a replantearse el futuro de este recinto, con el que PP nunca estuvo muy de acuerdo. La delegada de Participación Ciudadana y Juventud, Lidia Menacho, señaló ayer que "tenemos claro que el botellódromo ha fracasado como modelo, pero no sólo en Jerez, sino también en otros municipios. El propio Defensor del Pueblo andaluz ha advertido en un informe que es difícil de controlar la presencia de menores porque la ley prohibe el consumo de alcohol a menores pero no la entrada de los mismos al recinto". Menacho cree que es el momento de abrir la caja de pandora de la Ley antibotellón, por lo que en la reunión que la alcaldesa María José García-Pelayo tiene previsto mantener en septiembre con el vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, le pedirá que incluya en su agenda la necesidad de revisar la ley. "Sabemos que desde IU se ha hablado también de posibles modificaciones y nosotros entendemos que es necesario, porque nunca apoyamos la ley tal como se planteó", indicó Menacho, insistiendo en que el actual modelo de botellódromo "no es aconsejable, no da resultados".

No obstante, insistió en que el botellódromo de Jerez, donde pueden llegar a concentrarse cerca de 1.500 jóvenes los fines de semana, cumple la legislación en cuanto a servicios higiénicos y seguridad y aseguró que el Ayuntamiento está intentando poner en marcha además otras alternativas de ocio, como las actividades que se programan en la Sala Paul. "El problema está en la franja de edad de 14 a 18 años, donde hay que adoptar medidas desde el campo educativo. Es cuando los chavales empiezan a salir, a consumir alcohol y ahí es donde hay que hacer campañas para un consumo responsable o para el no consumo".

La delegada de Juventud matizó que en estos momentos "el Ayuntamiento no está planteando el cierre" del botellódromo. "No es decir no al botellódromo, pero sí a este modelo" y señaló que el futuro del mismo dependerá de las decisiones que se tomen en el Consejo Local de la Juventud, que aún no se ha constituido y que se espera pueda dar sus primeros pasos en septiembre. "Ese será el órgano en el que discutir este tema, donde se verá qué es lo quieren los jóvenes".

Menacho insistió que con el actual modelo es "imposible controlar la entrada de menores. No estamos hablando de un espacio cerrado y además la Ley no prohibe que un menor esté en determinada zona". Defendió no sólo la idoneidad del número de agentes que se encargan de la vigilancia en el botellódromo, dos o tres patrullas de forma permanente y un número similar de patrullas de apoyo, según dijo, sino que además valoró la labor que realiza la Policía Local a la hora de controlar sobre todo que los jóvenes no conduzcan sí han consumido alcohol. "Ese trabajo se hace. Más complicado es controlar una vez que están dentro si hay menores que consumen alcohol, por muchos policías que pongas". En el caso concreto del crimen del adolescente de 17 años, dijo que "por lo que sabemos todo pasó en un momento", en referencia a la imposibilidad de la policía de haber evitado el suceso, pese a que una de las unidades se encontraba a 30 metros de donde se produjo la reyerta y el apuñalamiento del menor y a acudir rápidamente en cuanto se percataron del tumulto.

De hecho, desde el Ayuntamiento ya han anunciado que en el próximo pleno se propondrá un acuerdo de felicitación pública a los agentes de la Policía Local "que hicieron posible la detención del presunto autor de la muerte del joven de forma inmediata en el lugar de los hechos".

La delegada de Juventud se refirió además a la existencia de al menos una docena de lugares donde los jóvenes de forma incontrolada hacen botellón en la ciudad, una práctica que, según la ley, está prohibida fuera del botellódromo y manifestó que la intención del Ayuntamiento es erradicar estas zonas de movida.