Se inicia la cuarta semana de confinamiento en España por la crisis sanitaria, una orden que obliga a permanecer en nuestras viviendas para tratar de frenar la expansión del coronavirus. En este contexto de reclusión, este medio se ha preguntado: ¿Cómo son las viviendas de los jerezanos? ¿Son muchos los casos de hacinamiento? ¿En qué grado de conservación se encuentran los inmuebles?

Recientemente, el Ayuntamiento ha elaborado unos diagnósticos que muestran una fotografía fija de la situación del parque residencial jerezano. Las estadísticas de la Dirección General del Catastro señalan que Jerez tiene 89.230 inmuebles con uso residencial. Ahora bien, de estas, unas 77.300 aproximadamente son primera vivienda.

Tanto el Instituto Nacional de Estadística (INE) como el Catastro señalan que en torno al 59% del parque inmobiliario jerezano de primera residencia tiene una superficie de entre 60 y 90 metros cuadrados útiles; mientras, aproximadamente un 12% oscilan entre los 46 y los 60 metros cuadrados.

Según estas mismas estadísticas, son algo más de 2.200 los inmuebles residenciales con una superficie inferior a los 45 metros cuadrados (un 3% del total). Por el contrario, en torno a un 28% de las viviendas principales (más de 21.000) tienen un tamaño que supera los 90 metros cuadrados.

El pasado año, Emuvijesa la empresa municipal de vivienda, elaboró un diagnóstico del estado del parque residencial dentro del segundo Plan de Vivienda y Suelo de Jerez 2019-2022. En él, se apunta que el 94,1% de los hogares jerezanos tienen un tamaño “adecuado” en relación con el número de personas. De hecho, apunta que los casos de hacinamiento son una realidad “poco frecuente”.

Recurriendo a las estadísticas oficiales, el análisis afirma que la media del tamaño de la unidad familiar en Jerez se sitúa en los 2,9 miembros, algo más elevada que la media nacional, que es del 2,53, y la andaluza, que ronda las 2,66 personas. Tres de cada cuatro hogares jerezanos están conformados entre dos y cuatro miembros, según el INE.

Bloques de viviendas de San Juan de Dios.

Ahora bien, esto no es óbice para afirmar que Jerez arrastra desde hace décadas problemas de infravivienda en algunas zonas. Aunque la empresa municipal incide en que se sigue realizando un esfuerzo para mejorar las condiciones de habitabilidad, poniendo como ejemplo las actuaciones realizadas en Estancia Barrera o Cerrofruto —donde se construyeron nuevas promociones de viviendas sustituyendo a las que había—. Ahora bien, sigue habiendo situaciones alarmantes como la de San Juan de Dios, con paupérrimas condiciones de habitabilidad por el diseño de unos pisos que dan techo, en muchos casos, a familias con un elevado número de miembros.

Pero también existe infravivienda está en otros enclaves de la ciudad como la zona sur o algunos barrios de la zona oeste, especialmente el polígono San Benito o Picadueñas. De hecho, están enclaves están incluidos dentro de un plan de intervención en zonas desfavorecidas de la ciudad para acogerse a un importante fondo de ayudas económicas europeas gestionado por la Junta de Andalucía.

Un plan para barrios desfavorecidos

En él diagnóstico preliminar de esta iniciativa se hace un análisis de la situación de estos enclaves donde se incide que, en su mayoría, son enclaves con viviendas antiguas (la mayoría con más de 30 años de antigüedad) y en un estado de conservación mejorable, reconociéndose que siguen habiendo casos de infravivienda y hacinamiento, unido a problemas de carácter económico, social y educativo.

Es más, el plan municipal de vivienda alerta de que Jerez arrastra unas magnitudes económicas que hacen que algunos barrios de la ciudad sean especialmente vulnerables debido a los elevados índices de paro (13 puntos porcentuales más que la media española), una altísima tasa de desempleo juvenil (duplica al conjunto de España) o los preocupantes porcentajes de población que carece o tiene un bajo nivel de estudios. En este año, Junta de Andalucía y Ayuntamiento deben poner en marcha las primeras medidas de este ambicioso plan socioeconómico en barrios desfavorecidos.

En cuanto al grado de conservación de los inmuebles, una magnitud vinculada intrínsecamente a la infravivienda, el diagnóstico señalado por Emuvijesa señala que el número de edificios en estado malo o ruinoso supone solo un 0,5% del total del parque de viviendas (unos 264 edificios). Hay que tener en cuenta que esta estadística se refiere a los inmuebles, ya sean colectivos o unifamiliares, que están habitados.