Sucesos

“La conciencia me dice que si ves una injusticia tienes que actuar”

  • José Las Heras, de 81 años, narra la salvaje agresión que sufrió después de que tratara de impedir que un desequilibrado moliera a palos a un joven

José Las Heras, con las graves heridas marcadas en el rostro.

José Las Heras, con las graves heridas marcadas en el rostro. / Pascual

José Las Heras tiene 81 años y la edad no fue óbice para que hiciera frente a la agresión que un hombre mucho más joven (36 años) sufrió el pasado martes en la calle Medina por parte de un desequilibrado. El resultado de su valiente acción fue que recibió dos brutales puñetazos, uno de los cuales le fisuró la nariz.

Dos golpes como esos, a un hombre de su edad, han provocado que dos días después “siga mareado y trastornadillo”. Se da además la circunstancia de que uno de los golpes fue a parar a la nariz, zona en la que recientemente le habían realizado una operación quirúrgica.

Recuerda los hechos. “Todo sucedió al mediodía, cuando iba a hacer una gestión en una notaría. Por la acera de la calle Medina paseaba una pareja. Era un joven que acompañaba a su novia, camarera, al trabajo. Este desequilibrado cruzó a la carrera y empezó a golpear al muchacho. Desde las ventanas la gente le gritaba”.

Taxativo, manifiesta a este periódico que “si ves una injusticia tienes que actuar... y ésta la era”. Con el rostro sensiblemente inflamado ha necesitado de intervención médica para destaponar la nariz y permitirle respirar mejor “ya que se ha tirado dos días asfixiado”, apunta su esposa.

“Lo recuerdo como algo tremendamente desagradable. Ese hombre o estaba drogado o le había dado un brote psicótico o algo parecido”. Lo cierto es que decidió intermediar, poner paz en una situación que no entendía de ningún modo, y lo pagó con sangre. Con mucha sangre. “La verdad es que después de que me agrediera empecé a sangrar y aquello no paraba. Llegué a preocuparme por la cantidad de sangre que perdí”. A este respecto, en su domicilio en el entorno de la calle Arcos, su esposa asegura incluso que “ha llegado a tener pérdidas de sangre por los ojos”.

El anciano agredido junto a su esposa. El anciano agredido junto a su esposa.

El anciano agredido junto a su esposa. / Pascual

Las heridas de José no se acaban ahí. “Como consecuencia de los golpes me tiró al suelo y tengo un brazo bastante lastimado”. “Cada uno es cada uno, yo intenté calmar la situación y me llevé la peor parte porque este hombre estaba drogado o en un estado de excitación que no se entendía. Yo le pregunté “¿qué estás haciendo?” pero con él no se podía hablar y se lio a palos conmigo”.

José aparenta fuera -“ya estoy bastante mejor”- pero su esposa asegura que “le cuesta mantenerse de pie. Lo operaron hace apenas cinco meses de un tumor en la nariz. Ya tiene casi 82 años, los cumple dentro de poco, y además de los puñetazos se llevó un porrazo contra el suelo a su edad. Ha tenido problemas para respirar y el brazo sobre el que cayó al suelo no lo puede ni mover y, como le he dicho, hasta ha llorado sangre”.

“Yo iba por calle -resume- José- y un muchacho estaba recibiendo puñetazos. Tenía que ayudarle y lo hice. Se lío conmigo y me dejó semiinconsciente. Tuve que hacerlo porque, a pesar de la edad, se te sigue removiendo la conciencia”.

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