El delegado de Cultura, Patrimonio y Seguridad, Francisco Camas, echa balones fuera sobre la aplicación del nuevo bando que regula las obligaciones de aquellos que ponen estos días en marcha una zambomba. "Es una cuestión de mentalidad. Tenemos que entender que existen cuestiones que deben estar dentro de la legalidad. Esperamos un buen año", considera Camas. Hasta ahora, no le consta que ninguna zambomba haya dejado de celebrarse a cuenta de esta ordenanza más estricta y que por primera vez exige la contratación de seguridad privada durante el espectáculo, la presentación de un seguro de responsabilidad civil o de la certificación por parte de un profesional colegiado que habilite al local a acoger el evento previa inspección.

"El bando sobre las zambombas se está aplicando con normalidad. No son grandes cambios", remacha el delegado, para quien la única diferencia reseñable es la regulación de la zambomba en la vía pública. "El resto afecta fundamentalmente a los que generan dinero con la actividad, en las que hay un intercambio. La zambomba jerezana es espontánea en realidad. El 90% consisten en la convivencia de vecinos, familias... Y ahí, por supuesto, no entramos a regular nada", señala el delegado, que cree que no se ha puesto en un aprieto una manifestación pura de jerezanía que ha generado un nuevo filón entre la industria turística y que será nombrada "en los próximos días Bien de Interés Cultural (BIC) por parte de la Junta de Andalucía".

Algunos de los promotores de estas fiestas consultados por este medio proclaman lo que se ha sabido siempre y que, implícitamente asume Camas, que no todas aquellas zambombas a las que se dirige el nuevo bando, aquellas que son susceptibles de ser reguladas, acaban pasando por el Ayuntamiento. Uno de ellos no se corta la lengua: "Fuimos el año pasado a preparar el papeleo y el propio personal del Ayuntamiento nos dejó caer que no molestábamos a nadie, que siguiéramos adelante porque no pasaría nada. Este año hemos anunciado igualmente la zambomba y ni siquiera nos hemos acercado a preguntar".

Donde no quiere entrar Camas es en si ha aumentado o descendido el número de zambombas que sí han pasado por el Ayuntamiento y cumplido con todos los requisitos, a pesar de que el plazo de presentaciones ya se cerró. "Es pronto para decirlo pero no nos consta que vayan a ser menos", recalca el delegado. "Es posible que para el año que viene introduzcamos algunos cambios, porque siempre estamos dispuestos a mejorar cosas. Por ejemplo, alguna oficina que facilite el cumplimiento de los trámites".

Algunas de estas quejas llegan a través de Manuel García Santos, presidente de Asunico. "Defendemos que se trabaje por la seguridad de estos eventos que son tan tradicionales, está claro. Lo que ocurre es que el Ayuntamiento debería haber ayudado un poco a todas las asociaciones pequeñas, para facilitarles todo ese trasiego".

Una de las zambombas que estuvo a punto de caer fruto de cuestiones burocráticas fue una de las más señeras de la ciudad, la de la Peña Colchonera, situada en la Cruz Vieja y para la cual se cierran varias calles. Desde la peña se indica que a las 12 de la mañana del viernes se les indicó que no tenía el permiso porque de primeras los técnicos entendieron que una subsanación de la memoria había entrado tarde. Sin embargo, un par de horas más tarde se volvía a indicar desde Urbanismo que tal subsanación sí era legal y que no se le aplicaban los plazos generales, y que al estar todo en regla finalmente se podría celebrar. "Hubo problemas puntuales con alguna zambomba, pero ya se solucionó. Esta normativa no va a ser un problema", cierra Camas.