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Jerez

El carnaval según Jerez

  • Mucho público en el centro para la corta apuesta del Gran Pasacalles, que se quedó en pequeño desfile

El Gran Pasacalles del Carnaval se quedó en un pequeño desfile protagonizado por los incombustibles del Carnaval jerezano, los cuales pusieron todo su empeño en animar la mañana de un domingo en la que buena parte de los amantes de Don Carnal o estaban aún en Cádiz o durmiendo (durmiéndola) tras una noche frenética en la Tacita. El Ayuntamiento, mero colaborador, puso en manos de los carnavaleros dos carrozas que sirvieron para abrir y cerrar un desfile de poco más de un centenar de metros ( y con huecos de por medio). Eso sí, nadie resta mérito a quienes siguen peleando por darle un sitio a esta celebración incluso en tiempos de grave crisis económica, la cual por cierto se dejó notar y mucho. Todas las fiestas tienen su hueco, y los carnavaleros, muy jóvenes en su mayoría, se echaron a la calle para demandar la suya.

El desfile salió a las doce de los talleres del área municipal de Fiestas en la calle Muro y marchó a ritmo lento. A la una menos cuarto se encontraba frente a la Escuela de Artes y Oficios, en la calle Porvera. El cortejo fue abierto por la charanga musical 'Negra con puntillo', a la que siguieron los miembros de la comparsa jerezana 'Los Desarmaos'. Los niños que acompañaban a la agrupación repartieron estampitas en las que un Mariano Rajoy disfrazado de San Pancracio se erigía en "la última esperanza para encontrar empleo".

Tras ellos marchó la primera carroza con jovencitos disfrazados de diversas maneras. Algunos chinos mandarines y gitanas zíngaras se entremezclaban en la comitiva donde abundaban los grupos familiares dispuestos a pasar un buen día. Llamó la atención un grupo de chicas disfrazadas de gallinas al mando de una granjera de la 'Chirigota femenina de Jerez', así como la agrupación 'Los Jandaluces', que volvieron a causar sensación con su conseguidos e imaginativos disfraces de gato con botas. Chicos disfrazados de paquete de Cleenex, cepillo de dientes o ambientadores de olor a pino, junto con las moscas de la peña carnavalesca 'Los de siempre' terminaron de conformar el pasacalles por delante de la segunda y última carroza: la del Dios Baco. Y fue precisamente el pregón del Dios Baco el que cerró la jornada, en el entorno de las dos de la tarde, en la plaza de la Asunción, a cargo del cantante solista Pedro Monje, que actúa en varios grupos de la ciudad.

Las calles, especialmente las del centro desde Porvera a Arenal, se mostraron bastante concurridas de un público jerezano que, como es norma, agradece cualquier acto que se salga de lo normal. Y éste lo era.

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