Rocío Vázquez, la joven herida por un petardo en la barriada rural de Los Albarizones la pasada Nochevieja ha abandonado ya la UCI del centro Puerta del Mar de Cádiz y ha sido pasada a una habitación en una de las plantas del hospital gaditano, tal y como ha confirmado su hermano Francisco Javier. Según apunta, ha mostrado "mucha entereza" cuando supo que había perdido uno de los ojos como consecuencia de tan desgraciado accidente. "Nosotros lo hemos pasado peor que ella en ese sentido, pero parece que se lo ha tomado realmente bien". La lesionada no ha abandonado el hospital aún, ya que sigue con su recuperación. De hecho, es bastante probable que la semana próxima sea intervenida de nuevo para proceder a la colocación de una prótesis en la cara. Hay que recordar que en la primera intervención a la que fue sometida le dieron más de trescientos puntos. La principal razón de esa entereza parece clara, el hijo de siete años de la joven.

La investigación policial, que lleva a cabo la Unidad de Delitos Especialmente Violentos (UDEV) del Cuerpo Nacional de Policía, sigue su curso. El propio hermano de la perjudicada dijo que iba a dar nombres de algunas personas que estuvieron en la plazoleta de la barriada tirando petardos esa fatídica noche, aunque como él mismo apunta "hay vecinos que han llamado a la Policía desde la barriada para decírselo".

La familia siempre ha señalado que en la plaza había esa noche unas cincuenta personas con edades que iban desde los siete a los cincuenta años y ahora parece que se han aportado algunos de los nombres de esas personas.

La madre de la herida, Francisca Márquez, ha pedido que "se haga justicia y que "paguen" los responsables de lo sucedido. Asimismo, la progenitora de la víctima puntualizó que, "además de lo evidente", tanto su hija como su nieto, "que vio todo lo ocurrido" se están viendo afectados "psicológicamente" y recalcó que "alguien tendrá que hacerse cargo de lo sucedido".