Marc Ros (voz), Jesús Senra (guitarra) y Axel Pi (batería) unieron sus caminos en 1997, hace 25 años, y formaron el grupo musical Sidonie. Un proyecto nacido en Barcelona que el pasado 6 de junio alcanzó en el estadio Wanda Metropolitano su momento más mediático. Fueron los teloneros de los Rolling Stones en su multitudinario concierto en Madrid. Una experiencia que les marcado profundamente y de la que se sienten orgullosos.

Con esa histórica velada en una mochila llena de vivencias llegaron a Sevilla, concretamente, a la Hacienda Azahares, situada en Espartinas. En ella hicieron un pequeño concierto para cerrar un evento promocional de la marca de ron Brugal. Contentaron al selecto público allí presente y, a buen seguro, sumaron nuevos seguidores que quizá acudan a verlos en su próxima cita en Sevilla. El 19 de mayo de 2023 participarán en el festival Interestelar, en el que forman cartel con Vetusta Morla, Iván Ferreiro o Viva Suecia.

-Cumplen 25 años, ¿Qué balance hacen?

-Se resume con el chupito que hacemos antes de cada bolo. No hacen falta palabras. Mirarnos a los ojos y brindar. En ese momento entendemos todo lo que ha pasado. Porqué estamos aquí después de tanto tiempo y con lo difícil que es la música.

-¿Se ven otros 25 años encima de los escenarios?

-Por supuesto. A ver si estamos vivos. Los que dicen que no van a estar, son luego los que están (risas). Seguimos teniendo ganas de grabar y hacer giras. Mientras el público tenga también ganas, estaremos ahí. El día que falte la chispa, pues se acabará.

-El 6 de junio tocasteis con los Rolling Stones, ¿Cómo fue?

-Contagiamos a Mick Jagger de Covid. Casualmente, lo pillamos justo después del concierto. Y él también. Tuvieron que cancelar un concierto en Ámsterdam. Aparte de esta anécdota tonta, fue una maravilla tocar con tus ídolos. Más que el Wanda Metropolitano, tocar ante 50.000 personas o el circo que rodea a los Stones, lo mejor fue el hecho de tocar con un grupo con el que has crecido musicalmente. Y sexualmente.

Marc Ros durante el concierto en Hacienda Azahares.

-¿Qué fue lo que más os sorprendió?

-Cuando terminó nuestro concierto y estábamos viendo en el camerino el suyo, apareció la sorpresa que más nos impresionó: escuchar como Mick Jagger desde el escenario agradecía a Sidonie. Que dijera nuestro nombre. El Marc, el Jes y el Axel de hace 25 años ni siquiera podían imaginar que algún día Jagger hablaría de nosotros. Previo al concierto también vivimos algo muy bonito. Fue recibir todo el reconocimiento y el amor de gente y medios que nos conocen desde hace tiempo y que de golpe nos dijeron que merecíamos lo que estábamos viviendo. Cuando eso ocurrió nos dimos cuenta que hay mucha gente que nos quiere. Eso fue muy especial para nosotros.

-¿Pueden contar algo del próximo disco, El regreso de Abba?

-Ya hemos empezado las grabaciones. Lo estamos haciendo de manera diferente a todos estos años. Poco a poco y con calma. Probando sitios diferentes. Pero aún es muy temprano para saber por donde irá la cosa.

-¿Tiene aún futuro este formato o el público sólo piensa en las plataformas?

-Hay público para todo. La gente no va a dejar de comer un cocido aunque esté McDonalds. Hay gente que disfruta escuchando una obra que está pensada para ser escuchada como un todo en un formato concreto como el vinilo o el CD. Pero el público consumidor de singles en plataformas también nos encanta.

-Hablando de públicos, ¿Qué os parece el de Sevilla?

-Sé que suena a tópico, pero es que Sevilla es una de las ciudades que más nos gusta del mundo. Creemos que hemos tocado en Sevilla menos de lo que nos hubiese gustado a lo largo de nuestra carrera. Y, cuando esto ocurre, lo que deseas es conseguir tocar más veces y que más gente nos conozca. Para que la siguiente vez que vengamos tengamos más público. Tocar en un evento ante gente que no nos conoce es fantástico. Ojalá esa gente cuente que molamos mucho en directo y que, cuando volvamos, irán. Porque volveremos.