Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

El socialismo y el nacionalismo- a derecha e izquierda- en comandita, en 2021 votó en contra en el Congreso de que se dotara al Estrecho de más medios para la lucha contra el narcotráfico. El peor ministro del Interior de la democracia desarticuló la unidad que estaba teniendo éxitos en incautaciones y detenciones no sabemos aún a cuento de qué. Se negaron esta misma semana -con dos agentes asesinados- reconocer a la Guardia Civil y a la Policía Nacional como profesiones de riesgo y los condenan a jubilarse con pensiones ridículas, mientras ellos, con tan solo siete años calentando un escaño en la sede de la soberanía nacional, se jubilan con la pensión máxima. Conducta miserable de quien piensa que los que nos protegen votan otra cosa; todo lo que no sea votarlos a ellos son fachosfera.

En los doce kilómetros cuadrados colonizados por las narcolanchas se mueve más dinero ilícito que todas las transacciones lícitas de las empresas del IBEX 35 juntas. Somos la entrada privilegiada de hachís, cocaína y ahora de forma creciente, heroína, para toda Europa, una autopista de siete carriles sin controles ni peajes.

Nuestro vecino Marruecos tiene las mayores extensiones de cultivo de hachís controladas por el régimen y los amigos del Cártel de Puebla transitan por aquí como Pedro por su casa.

El mayor canal de distribución de psicotrópicos pasa por nuestro lado y nadie hace nada o al menos lo suficiente para pararlos, ¿por qué? No por falta de medios o de dinero para la lucha contra el delito, no porque se vean desbordados por las mafias del crimen ni por falta de competencia. Es porque no quieren, por falta de voluntad política, lo que hace que el político, no solo español, sino toda la castuza europea sea sospechosa, cómplice del mal que nos aqueja. El narco es un delincuente, pero el problema es el político

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