En muchas iglesias, cuando se celebra la liturgia de la eucaristía y llegado la lectura del antiguo testamento, los salmos y las epístolas accede una mujer y las efectúa con toda normalidad. Me parece estupendo, necesario, e igualitario. El lectorado es uno de los ministerios mas antiguos en las comunidades cristianas. En el año 251 se hace mención por parte del Papa Cornelio de la existencia de un buen número de Lectores en Roma. Se ordenaban lectores a niños, varones. Cada vez que acudo a misa cuento las mujeres y los hombres y las mujeres son el doble de los hombres, generalmente. Sin embargo según la legislación no se admite que las mujeres sean lectora de los textos bíblicos. Algunas monjas reparten la comunión y son habituales lectoras.

En la historia del catolicismo hay mujeres que acompañaban a Jesús y no eran solamente servidoras domésticas. Por ejemplo el papel de Magdalena que gozó de la confianza de Jesús, que fue privilegiada en los importantes hechos acaecidos.

Las mujeres de vida consagrada y las seglares, deben ser reconocidas como receptora del ministerio de la lectura en las misas. El Sínodo, en la etapa actual continental, debe reconocer a la mujer receptora del ministerio de Diáconía. Ya en África, Latinoamérica, ejercen, pero no son reconocidas oficialmente. Pasa con las "Lectoras", ejercen pero no son reconocidas. La jerarquía debe aceptar la realidad.

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