Análisis

miguel ángel montero jordi

¡Viva España! ¡Viva el orden y la Ley! ¡Viva honrada la Guardia Civil!

El título de la reflexión personal de hoy está inspirado en el Himno de la Guardia Civil de su etapa Constitucional, y me va a dar pie a decir en voz alta algunas opiniones sobre la situación actual en nuestro país. Espero que nadie caiga en la trasnochada trampa de etiquetarme en algo diferente a ser ciudadano español sin ningún adjetivo mas. Esto es ser democrático y progresista: no poner etiquetas a nadie.

¡Viva España! Una España que ahora más que nunca está llamada a estar unida en las dificultades que vivimos, en donde todos los españoles están demostrando una generosidad y una entrega admirable, y que se debe redoblar aún más en los tiempos que nos vienen. Personalmente me gustaría ver a todas las fuerzas políticas realmente unidas y sentadas en una misma mesa con respeto y trabajando desde lo que nos une, y acogiendo lealmente la mano de todas las instituciones públicas, privadas y religiosas que quieran arrimar el hombro a la dura situación que vivimos, sin buscar ningún otro interés, más que el de luchar por el bien de toda España y de todos los españoles, por encima de los intereses de partido o defensa de ideologías. No voy a enumerar los partidos políticos, pero todos y cada uno de los reconocidos constitucionalmente aportan, a mi juicio, grandes verdades que radican en el corazón y las sensibilidades de todos los españoles. Todo lo que no sea ponerse a trabajar juntos por salir victoriosos de la pandemia y ayudar a los que la padezcan, no tiene cabida en el debate político o en las páginas del BOE. Me alegro y aplaudo por las ayudas que se van a dar a las familias más necesitas y vulnerables, y en esa ayuda también seguirá estando como ahora la presencia de la Iglesia a través de su acción caritativa, pero también espero que sea una ayuda temporal en la esperanza de que cada persona pueda dignificarse y sostenerse con un trabajo digno y estable y no con una inactividad laboral subvencionada por el Estado. Y por cierto, a ver si acabamos ya con ese complejo, casi único en el mundo, de no sentirse identificado con la bandera nacional y tenerle cariño, y llevarla con orgullo y sin miedo a que te pongan etiquetas. La bandera es de todos, y ni izquierda, ni derecha, ni centro tienen derecho a apropiársela o manipularla.

¡Viva el orden y la Ley! La norma suprema de nuestro Estado es, hasta que no sea reformada según ley, la Constitución Española de 1978, todo un ejemplo de pacto de Estado y unidad de los distintos por el bien de la democracia, y en donde se consagra la división de poderes, y por tanto evitar la injerencia fundamentalmente del Poder Ejecutivo sobre el Poder Judicial y Legislativo. Toda actividad publica, privada, política, gubernamental, autonómica o local que no esté dentro del marco de la Constitución no tiene cabida en nuestro país, ni en el Parlamento. De hecho, nuestros políticos son elegidos constitucionalmente para cumplir y hacer cumplir la Constitución. No tiene sentido que un político llamado a hacer valer la Constitución, se ponga en contra de ella. Es como si el capitán de los bomberos fuera al mismo tiempo jefe de los pirómanos. Es la norma que nos hemos dado, y si no gusta, pues no hay problema, se cambia siguiendo los trámites que la Constitución dispone, pero mientras tanto esté vigente, eso es lo que hay, y el que no lo cumpla o no la quiera cumplir, que asuma las consecuencias legales y penales correspondientes. Y en esta etapa que vivimos de pandemia, por favor, respetemos el orden y la Ley para evitar muertes y mayores desastres.

¡Viva honrada la Guardia Civil! Yo no lo creo, pero muchos dicen que el Poder Ejecutivo ha cometido injerencias en la Guardia Civil, y comentan que un Guardia Civil, honrado y de prestigio en la Institución, ha sido destituido por la puerta de atrás en la tarde noche de un domingo, sin ninguna mención honorífica y sin más explicaciones por el mero hecho de ser un puesto de confianza. Parece ser que otros mandos de importancia de la Guardia Civil, con ideas bien ancladas sobre el honor como divisa de la Guardia Civil, han dimitido por tener claro que según el Art. 126 de la Constitución española, "la policía judicial depende de los jueces, de los tribunales y del Ministerio Fiscal…". Yo desde luego espero y deseo que todo lo que comentan no sea cierto y sea un malentendido reparado con prontitud, pero aprovecho la ocasión para dar mi agradecimiento y admiración, y seguro que el de muchos españoles, a la Guardia Civil y a todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado por la entrega diaria que tienen para velar por nuestra seguridad, y especialmente en estos tiempos de crisis sanitaria que estamos viviendo. Encomiendo a la Guardia Civil a la protección de la Virgen del Pilar, "pidiendo que les proteja y libre de la acechanza de los malhechores a quienes persiguen" (según se cita en el B. Oficial del Cuerpo número 284 del año 1913). Que todos los cristianos seamos para todas las personas que nos encontremos malheridas y tiradas por los caminos de la vida en estos tiempos difíciles, imitación de Cristo Buen Samaritano que cuida y atiende a todos curando las heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza y de su amor infinito.

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