Programación Guía de la Feria de Jerez 2024

Sigo desde hace meses los vericuetos de la política argentina y otros países hermanos de Iberoamérica. En muchos de ellos se adelantan procesos y experiencias que se repiten en la Europa desarrollada. La victoria de La Libertad Avanza en segunda vuelta en compañía de los de Bullrich y Macri podría dejar alguna lección a los liberales- cada vez menos-que quedan en la derecha española. Milei-ayer juró como Presidente-es un personaje controvertido y excéntrico y está por ver si sus recetas dan el resultado esperado, más le vale a Argentina que acierte.

Lo que interesa es el fondo del discurso político, nada nuevo, que alude a los principios clásicos del liberalismo: el desarrollo de la libertad humana como principio moral, la primacía absoluta del derecho a la vida, la inviolabilidad de la propiedad privada y la igualdad de todos ante la Ley, cuyo imperio debe alcanzar sobre todo a los que controlan los resortes de la sociedad. Libertad antes que igualdad. Sin la primera no es posible la segunda.

El ajuste fiscal, no gastar más de lo que se ingresa, acabar con la estructura política achicando el Estado para que no te devore, finiquitar los privilegios de la casta política, con las contribuciones estatales que colonizan sindicatos, empresarios amigos, medios de comunicación afectos y por si no les suena, una justicia politizada que favorece un sistema corrupto.

La izquierda de aquí y la de allí están que trinan; más allá de Milei, lo que les parece atroz- en nombre de distópicos ideales de igualdad, solidaridad y falsa diversidad- es que se imponga la libertad que estropea la uniformidad que tienen conseguida en gran parte de este Occidente cegato. Ayer, en un Telediario hablaban de Milei como ultraliberal y extremista mientras que a Maduro le llamaba Presidente Maduro. Queda un inmenso camino por recorrer.

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