tribuna libre

Cristóbal Cantos Ruiz / Secretario General De Asaja-Cádiz

Adiós a un bastión del sector lechero

HOY el sector lechero de España se queda huérfano. No es una exageración, es la pura verdad porque Juan Sánchez, "por papá y Fernández por mamá", como a él le gustaba bromear, ha sido el gran precursor del cambio revolucionario de la leche en España, hecho que le ha costado más de un enemigo poderoso aunque nunca se amilanó ante nadie.

Juan Sánchez ha sido de esas personas que se sabe que ha entrado por la casa, en este caso por Asaja, su voz ronca y profunda se podía oír en todos los departamentos de Jerez 74 sin necesidad de altavoces. Eso ha sido Juan para el sector, un permanente altavoz, comprometido con su gente y con sus colegas de profesión; él fue presidente de la central lechera de la Merced, presidente de la Cooperativa Prolaga, vicepresidente de la Comunidad de Regantes del Guadalcacín y miembro activo de Asaja-Cádiz durante treinta años.

Ha sido un verdadero líder en su sector, y sobre todo, en la transformación del mismo. Con la entrada en Europa vinieron muchos cambios y los lecheros tuvieron que adaptar sus vaquerizas para adecuarlas a las exigencias de una Europa cruenta que dejó a muchos compañeros en la cuneta, hecho que preocupaba a Juan y en el que incidía constantemente. En Cádiz se pasó de hablar de moscas por cántaros a bacterias por milímetro cúbico y el intermediario, el nexo de unión para explicar en campero los formalismos europeos fue Juan Sánchez porque tuvo una mente impulsora y con capacidad de reciclaje. La prueba se resume en algo a lo que hacía Juan referencia con orgullo. Cuando vinieron los portugueses a comprobar el estado de las explotaciones de la provincia antes de cerrar un acuerdo con los lecheros para comprarles su producción, contaba que los vecinos de país habían quedado muy sorprendidos con los medios, las infraestructuras, la pulcritud del sistema de extracción y, en definitiva, con lo adelantado que estaba y está el sector.

Todo lo consiguió por su tesón, por su genio y su fuerte carácter. Por eso, fue capaz de soportar tiempos muy duros de reivindicaciones; de pérdida de compañeros; de jornadas apostados en la calle y de presiones de las industrias. Su carácter le llevó a sentarse con los que hizo falta sin temor, para conseguir lo que consideraba justo: que el sector después del esfuerzo que había hecho por ser puntero, se valorara.

De mente clara, objetivos claros y sabiendo dar el sitio a todos, Juan le echó un par de… a la vida. Y su carácter no le habría permitido ser de otra manera porque Juan estaba comprometido con los productores de leche, con los regantes y con el campo. No supo pasar de puntillas y por eso, muchos le deben tanto. Le deben lo que hoy es la leche de Cádiz, la de mayor calidad de España.

Gracias, Juan.

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