Algunos rincones emblemáticos de nuestra ciudad enferma (enferma por la ruina y la dejadez que padece) parece que da signos de recuperación, de tal manera que ya no solo no da pena pasar por delante de algunos lugares, sino que se pasea con gusto y ganas.

Varias fuentes secas y oxidadas a lo largo de los años han vuelto a la vida, y parece que otras también van por el mismo camino, luego de mucho tiempo siendo convidados de metal y piedra, de aspecto sucio y triste. Así, da gusto ver los juegos de agua en la plaza del Arenal o cómo, al fin, el inquilino de mi querida calle Ancha, don Álvar Núñez, "Cabeza de Vaca", luce en todo su esplendor, con una fuente remozada, alegre y luminosa.

Ahora bien, la pregunta es: ¿tardarán mucho en que los tres cabestros de turno la utilicen para hacer pintadas o joderla? Y es que está demostrado que en cuanto algo se pinta o se arregla, los tontos de cualquier ciudad (y Jerez no es una excepción) acuden a hacer el ganso y estropear lo que tanto tiempo y dinero ha costado.

Pero el problema no es solo que los cabestros ejerzan como tales, el problema es que si los pillan, poco o ningún castigo va a caerles. Es más: durará mucho más tiempo el nuestro; el ver cómo algo que lucía y daba a Jerez algo de oxígeno, se convierte durante días y días en un muro víctima del espray con reivindicaciones obscenas o frases pseudo filosóficas o políticas plagadas, para colmo, de faltas de ortografía.Olvidan o ignoran (ambas cosas son igual de graves) que la ciudad donde vive cada uno es un trozo que nos pertenece, y que resulta inaceptable que cualquier meapilas la estropee por el simple hecho de hacer el vándalo.Mano dura, quiero, contra esta plaga de idiotas. Que la cosa no quede en una advertencia, ni en un tironcillo de orejas. Para parar ciertas cosas hay que usar con fuerza la ley y no creer que por ello se está actuando contra la ciudadanía, porque es justo lo contrario.

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