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ESTOY seguro que no: ¡no todos están dispuestos a seguirlo! Tengo la convicción, plena, de que muchos de los socialistas que votaron a su partido, antes de acostarse el domingo diez de octubre, y se levantaron el lunes, once, con la noticia, no ya del acuerdo con la ultraizquierda de “Podemos”, sino con la búsqueda de apoyos entre los etarras de “Bildu” y los delincuentes golpistas de “ERC” y “JxSi” -juzgados, sentenciados, condenados y encarcelados-; no quisieron votar “eso”. “Eso”, se lo encontraron luego, bajo la exclusiva responsabilidad de Sánchez.
Pedro Sánchez no es el PSOE; Pedro Sánchez es él… y una parte, no sé qué tan extensa pueda llegar a ser, del PSOE. Pero, el Partido Socialista cuenta con mentes mucho más preclaras que la del señor Sánchez, con políticos de mucha más altura, con inteligencias más dispuestas… No me puedo resignar a creer, no quiero hacerlo, que una parte significativa de españoles socialistas, afiliados, simpatizantes, o seguidores del PSOE, quieran defender un pacto de su partido, no ya –repito– con los bolcheviques bolivarianos de “Podemos”, sino con la escoria secesionista y con los criminales batasunos; no puede ser, no me lo creo, no quiero creérmelo.
Parece que Sánchez ha remitido una carta a las “bases” del PSOE, que aún no es, del todo y en exclusiva, su partido, para preguntarles si están conformes con el acuerdo que ha firmado con los comunistas, bolivarianos y sediciosos, de “Podemos”. Si es así, si la decisión de los afiliados socialistas va a ser escuchada y respetada y no es esta otra mentira más de ese grandísimo falsario, de ese cínico impenitente que es Pedro Sánchez; lo primero que deberían tener en cuenta los consultados es que el acuerdo no es “sólo” con los soviéticos fascistas –no es una paradoja- de “Podemos”– sólo con ellos no alcanza el número de votos imprescindible para la investidura-, el acuerdo, es decir: la blasfemia, es la que viene después: pagar el favor a los racistas excluyentes e independentistas del nacionalismo vasco y meter en coalición, dentro de las Instituciones del Estado, a los nazis catalanes, responsables del odio a España, de la segregación, persecución y escarnio de los ciudadanos no independentistas y del golpe de Estado perpetrado el uno de octubre de hace dos años.
Yo, les pediría que, por favor, lo piensen, y si está en sus manos, que eviten la tragedia que se nos viene encima, a todos. No se trata, en esta ocasión, de ideologías, se trata de sentido común, de un poco de sensatez, de algo de prudencia… Si están a tiempo de evitar una catástrofe de proporciones bíblicas, de la que nos será tremendamente difícil, y muy doloroso, poder salir; por favor, ¡háganlo!
Se puede ser socialista, votar al PSOE, querer, defender y trabajar para que su partido gobierne… ¡claro que sí!, pero no a cualquier precio, no con esta ultraizquierda mezquina, traidora y peligrosa; no con los indigentes mentales de la repugnante “estelada”, que nos desean, a los españoles -a todos los españoles- lo peor, que imponen por la fuerza su criterio, que insultan, amenazan y apalean a quien no besa su sucio culo; no, con los que han matado a los nuestros: mujeres, niños, ancianos, policías, militares, políticos, ciudadanos anónimos… todos inocentes; con toda esa hedionda basura, no; ¡por favor, no!
No hace mucho que salimos de una tremenda crisis económica. Todos hemos visto cerrar negocios, destruir empresas, desahuciar viviendas, largas colas en comedores y albergues sociales, la ruina de muchos conocidos, compañeros, amigos o familiares… hemos visto, con espanto, llegar a los seis millones de parados… No podemos permitirnos volver a una situación como aquella, ni España podría superarlo ni los españoles podríamos soportarlo. Las consecuencias serían devastadoras, para todos.
Las circunstancias, a veces caprichosas, a veces incomprensibles, pueden facilitar, como es el caso, que se llegue a situaciones como la que vivimos: en ocasiones, quien no debería alcanzar ninguna responsabilidad pública relevante, se coloca en la cima de las responsabilidades públicas relevantes; lo hemos sufrido, repetidamente, a lo largo de la Historia, hagan, sino, memoria… Sin embargo, en casi todas estas situaciones se pudo hacer algo, que no se hizo, para tratar de evitarlas; ¡que no sea esta una más!
No es una broma, ni se trata de algo que se pueda reconducir con facilidad, ni tampoco hablamos de un escenario del que podamos mantenernos al margen; hablamos, se trata, es, el futuro inmediato de nuestras vidas y de las de todos los que nos importan. Si está en sus manos, afiliados del PSOE, por favor: mediten, sopesen, actúen, y… decidan.
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