Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Hace unos días los vecinos del casco histórico de Jerez se echaban a la calle para reclamar una recuperación integral del mismo con todo lo que conlleva ésta más que justa y necesaria petición. Una semana después los datos del paro nos muestran la realidad que vive una ciudad duramente castigada por la crisis, encabezando la lista de municipios con más desempleo del país.

Pero no es tiempo de preocuparse, es momento de ocuparse, sabiendo aprovechar las oportunidades que se le presentan a Jerez para darle la vuelta a unas cifras que nos recuerdan que no hay tiempo que perder. La subida del desempleo en el sector servicios en septiembre, coincidiendo con el fin de la temporada estival, y el crecimiento del turismo en la ciudad, según los últimos datos del INE, obligan a buscar de forma urgente fórmulas que acaben con la estacionalidad, pues así nos los indican los datos.

Y es, precisamente, en ese contexto donde encaja a la perfección nuestro casco histórico, llamado a ser el motor económico de la ciudad. Ello exige, como reclaman los vecinos, su recuperación integral, pues sólo así el visitante podrá adentrarse en la historia de una ciudad maravillosa que acabará enamorándole, en lugar de sentir tristeza por ver cómo se cae a pedazos. Jerez no está para dar pena, Jerez tiene potencial de sobra para ser el destino que a uno se le viene cabeza al programar sus vacaciones, eso que en marketing llaman "Top of Mind". El casco histórico, cuyo aspecto es desolador, tiene ahora mismo dos oportunidades de oro. La primera, el dinero de los fondos europeos para recuperar algunos de sus espacios, como la Plaza Belén o contar con el futuro Museo del Flamenco. A esto hay que sumarle un cambio de estrategia en las ventas como consecuencia del crecimiento imparable del comercio electrónico. Desde que comenzó 2017, Estados Unidos sufre una oleada masiva de cierre de tiendas en los centros comerciales por culpa de la venta a través de Internet. La mudanza de grandes cadenas de la periferia al centro ha comenzado. En España ya hay ejemplos. El corazón de las ciudades gana posiciones para enganchar a un consumidor que no necesita ir a comprar a lugares cerrados. Vamos a sumarnos a ese carro.

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