Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Tiempos de "ni pa ti, ni pa mí"

El pulso que mantienen el Ayuntamiento de Jerez y la Junta de Andalucía por las obras de reurbanización de la plaza Esteve y de las calles Corredera, Santa María y Cerrón ha rebajado su intensidad pero las espadas siguen en todo lo alto en lo que, sin duda, va más allá de una simple modificación del firme de las calles del casco histórico. Todos sabemos que, por encima o por debajo de ese proyecto, está el enfrentamiento institucional existente desde que en la Junta gobierna el Partido Popular. Si en Sevilla siguiese siendo el PSOE quien mantuviese el poder, en las calles del centro de Jerez se podrían hacer circuitos de velocidad o canales como los de Venecia, como se prefiera. Ya sabemos que la conjunción de astros en diferentes administraciones allana los caminos, sea quien sea el partido gobernante.

Pero lo que no tiene sentido, por encima de esa triste y constatable realidad, es que no se pongan de acuerdo Junta y Ayuntamiento en algo que no tiene mucho recorrido. Dejen sus pulsos para misiones mayores. Gasten sus balas y sus energías para cuestiones de enjundia, como por ejemplo en rebajar las cifras de pobreza de la última memoria de Cáritas Diocesana, y no en algo que se solventa con el sentido común como es el trazado de las vías urbanas en casco históricos. ¿Han dejado de viajar por Europa nuestros ilustres munícipes a quienes tanto gustaba recorrer ciudades históricas para copiar tranvías, monumentos, rutas peatonales y hasta performances en las calles? Entonces deben saber que el adoquín sigue siendo habitual en la mayoría de los cascos históricos europeos (Jerez quiere ser Capital Europea de la Cultura en 2031) y que no es incompatible con otros materiales si se quiere facilitar la movilidad incluso en las vías peatonales o semipeatonales.

Aunque de momento no han llegado a un acuerdo Ayuntamiento y Junta, me inclino a pensar que al final la solución será salomónica, como se ha hecho en otras ciudades en las que el tráfico rodado y el peatón han de seguir conviviendo. Es decir, una banda de rodadura para los vehículos de transporte público (su eliminación en estos momentos es una entelequia y una condena a un centro histórico que no se ha repoblado como debería) y adoquinado en el resto de la calle para mantener la estética. Un "ni pa ti, ni pa mí", sin vencedores ni vencidos, como corresponde a un tiempo en el que el diálogo y los consensos son más necesarios que nunca, como reclamamos todos los ciudadanos. Y lo son desde el acerado de una calle a la política educativa, sanitaria, económica o de asuntos exteriores. Comencemos dando ejemplo de cómo gobernamos nuestras ciudades para ir elevando el nivel de debate. ¿O es que no nos damos cuenta de cómo estamos y de lo que, según todos los expertos, se nos viene encima? Resulta penoso, insultante, estar peleando en plena pandemia (que ahí sigue aunque muchos piensen que se ha ido) por algo como una obra o un adoquín, calentando el nivel de tensión ciudadana, ya de por sí elevado. Señores del Ayuntamiento y de la Junta: un poquito de por favor.

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