EN multitud de ocasiones hemos oído hablar a psicólogos y médicos especializados de esta ‘capacidad o habilidad’ que tienen algunas personas. Se describe como aquellas acciones que ejecutamos en contra de nuestra salud mental o física. De alguna manera, estas personas que lo practican rechazan, reaccionan de forma incongruente ante una buena noticia, un buen resultado de algo que han realizado, una propuesta que le suponga avanzar. Estas personas siempre encuentran una pega, normalmente a lo que hace otro incluso actuando en su propio beneficio. Estas personas destacan lo negativo, tiran por tierra lo bueno realizado, destacan lo que falta según ellos porque ellos lo hubieran hecho mejor. Evitan sentir experiencias agradables, ponen malas caras, fabrican reproches y no ven –no les interesa ver– la parte positiva.

Intentan canalizar todo su sufrimiento: la rabia, la tristeza, la incapacidad de comprender lo que ha sucedido provocando situaciones contrarias, incómodas o dañinas y de esta manera sienten que ellos controlan su sufrimiento o frustración. Quizás todo motivado por su inseguridad y sus miedos. ‘El que tiene que cambiar la forma de hacer las cosas es el otro…, ellos no’.

Ante esta situación provocan distanciamiento y alejamiento de sus amigos, colaboradores, familiares, seguidores o personas de su equipo dependiendo de la naturaleza personal y profesional del afectado. Lógicamente, algunos se quedan solos o ven frustrados sus planes y sus carreras profesionales se ralentizan o no terminan de despegar si son actividades que requieren de equipos multidisciplinares para conseguir avanzar. Por ejemplo políticos, artistas, directivos de empresas o gestores de equipos humanos.

Están también los que, aún siendo autodestructivos, consiguen en la vida grandes logros, pero son los tocados por la varita, o los visionarios que crearon conceptos únicos en la vida, en la ciencia, la filosofa , el arte o en cualquier otra disciplina, pero su paso por esta vida terrenal fue en forma de tormentos en la mayoría de los casos. Son los denominados ‘genios de la humanidad’.

Todos los demás estamos ‘condenados’ a llevarnos bien con el entorno, necesitamos de los demás. En la mayoría de las veces el éxito personal radica en estar rodeado de personas mucho mejores que uno mismo y la destreza y habilidad es saber retener a los mejores para materializar tu visión, el proyecto en común, el bien de todos.

Los corazones, al igual que los talentos –que no les falta nunca trabajo–, se quedan no donde ganan más o menos dinero sino donde se les trata con cariño. No sé si en los resultados de hoy en las elecciones habrá algo de esto que hemos desarrollado brevemente. Seguro que algo habrá y vaya usté condió.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios