Bernardo / Palomo

La más pura esencia cromática

Hace poco más de un año exponía en Jerez el pintor Paco Pérez Valencia. Por primera vez llegaba su obra hasta nuestra ciudad y lo hacía con una importante exposición donde los blancos y los negros llenaron de intensidad creativa los espacios de la Pescadería Vieja. Fue una muestra muy esclarecedora, dejando entrever muchos de los significativos planteamientos que actualmente incidían en la obra de este artista sanluqueño. Después hemos estado en contacto varias veces y, en los últimos días de agosto, Paco tuvo a bien invitarnos al Profesor Fernando Martín y a mí a ver su última obra de cara a la que sería su inminente exposición en la galería sevillana. Compartimos una mañana sanluqueña, llena de intensidad y regada con un tesoro tenuamente dorado que cierto establecimiento de Bajo de Guía guarda sólo para ciertos amigos. Aquel día Paco Pérez Valencia nos demostró que era un buen pintor, pero también un espléndido amigo de sus amigos a juzgar por su facilidad a acceder a aquel tesoro maravilloso que sólo se da en Sanlúcar.

La obra de Paco Pérez Valencia se interna por los complejos universos de la esencia pictórica. Todo ha sido reducido a los mínimos gérmenes que patrocina el color. Algo muy simple pero, al mismo tiempo, tremendamente comprometido. Los postulados plásticos del color deben de estar sustentados en unos registros muy bien definidos para que todo no se circunscribe a un mero desarrollo cromático. Y, aquí, el artista plantea un muy bien estudiado organigrama estructural con las gamas patrocinando su preclara entidad física, pero también, su determinante secuencia significativa donde todo queda supeditado a las marcas imprevisibles de unos encuentros con muy marcados testimonios de emoción pictórica. Nos encontramos con una pintura donde la superficie del color deja entrever nuevos e inesperados encuentros. El artista llena los espacios de la galería sevillana con obras donde la economía de medios pictóricos anticipa supremos estados de emoción. En esas obras el autor nos conduce por un expresionismo matizado donde los rigores coloristas quedan relegados a un mayor compromiso espiritual. La esencia de la forma plástica nos adentra en perfiles máximos de emoción pictórica. Es la semántica cromática en estado puro; allí donde los colores pierden intensidad visual en beneficio de un riguroso planteamiento formal lleno de potencia y contundencia creativa. Al mismo tiempo, Paco Pérez Valencia convierte los espacios de la galería sevillana en un organigrama estructural donde nuevos postulados formales juegan con los arbitrarios desarrollos de la forma.

Paco Pérez Valencia vuelve a conducirnos por una plástica de máximos desde los mínimos perfiles que generan la suprema esencia del color. De nuevo el pintor sanluqueño nos introduce en los argumentos de una plástica que no ofrece entresijos distorsionantes, sólo la suprema verdad de la emoción pictórica.

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