RECORDARÉIS muchos de vosotros esas noches interminables, que también lo fueron entrañables, pero que en ocasiones acabaron en altercados y jaleos donde volaban las sillas y las peleas se convertían en el fin de fiesta. Hoy día esas estampas son inasumibles e inaceptables y afortunadamente ya se superaron.

Sí, la evolución de los tiempos, las normas y las formas se impusieron por mucho que se empeñe en lo contrario algún interesado, fantasma, graba videos sin permiso de los artistas, busca bolos, organiza verbenas que además es incapaz de producir ni un cumpleaños. Ese tipo de formato y personaje cada día menos frecuente sólo despierta cada mañana, el muy “tieso” como rémora del esfuerzo ajeno, ataviado y armado con poco más que la tarifa plana que ofrece internet y sus neuronas. Sólo dedica tiempo a generar delirios pobretones que nadie se cree y a destruir para extorsionar sin conseguirlo aunque para ello sea capaz el muy miserable y mal ciudadano de ofender a los mayores. Son órdenes que debe cumplir de sus amos camuflados en siglas políticas con fechas de entierro e incineración -sí, las dos cosas-.

Más allá de estas anquilosadas propuestas de algún desfasado mal oliente, más allá de eso sobrevive, avanza y se consolida con mucha fuerza la programación cultural Jerez y concretamente la actual fórmula de la FIESTA DE LA BULERÍA. No, sin pararse a reflexionar en aquellas áreas de mejora que habrá que ir puliendo. Todo esto sobre una cita que no sólo mira al flamenco, algo fundamental y esencial, sino que mira a la ciudad de Jerez con amplia vocación de seguir convirtiéndose en un atractivo único con sello exclusivo y con denominación de origen calificada lo que la convierte mismo en una propuesta que marca diferencia y crea ventaja competitiva.

Sólo hay que tirar de cifras y acontecimientos objetivos que sirven de argumentación y demostración: era muy difícil en esas fechas encontrar plaza de hotel en nuestra ciudad, además de afluencia en las calles, bares y restaurantes llenos por completo. En la parte de gestión, organización incluida la ubicación del espacio correspondiente al Ayuntamiento también fue acertada (siempre mejorable) pues de los tres día claves de la Fiesta de la Bulería se ha llenado por completo el aforo en su totalidad. Esto es, si sumamos los tres días claves y el aforo disponible.

Es cierto que jueves y sábado tuvieron el papel agotado y el sábado incluso se tuvo que ampliar aforo. El miércoles además se celebró como ya se llevó a cabo el año anterior un día que sirve de antesala a la Fiesta de la Bulería y que se llama “Toda una vida”. Un espectáculo o gala inaugural en la que se le da el sitio y reconocimiento a los artistas más veteranos. Un evento basado en el cariño y respeto por cuanto construyeron lo que hoy día tenemos. Gesto honroso y cabal por considerarlo la organización y la iniciativa de sus promotores que no olvidan algo tan importante como el respeto a los mayores.

Por cierto un espectáculo en el que se echó en falta a algunas voces que tanto reclamaban un espacio para estos guerreros y veteranos artistas, estas verdaderas “cátedras andantes” y vivas del flamenco. En definitiva, una programación que ha tenido acierto y enorme variedad. Una cita por la que han pasado más de cien artistas en tres días dirigidos por Fernando Jiménez (Bulería Joven), Manuel Liñán (Bulería Internacional) y Antonio el Pipa (día grande de la Bulería dedicada al barrio de Santiago) rodeados todos ellos de elencos artísticos de autentica enjundia con lo mejor del panorama flamenco actual local y de fuera de Jerez -siempre faltan nombres-.

Programación alrededor de la Fiesta que también ha contando con las más jóvenes promesas que intervinieron con la dirección de la bailaora María José Franco y la ya mencionada gala inaugural con los más mayores.

Una programación actualizada y reforzada, ejemplo y espejo para muchos festivales que desde los años 50 se han ido reformando aunque algunos han quedado en el más obsoleto panorama que, tarde o temprano, no tendrán más remedio que cambiar ya sea de forma planificada o traumática porque al final el tiempo lo impone. Ya lo dijo nuestro particular ‘Charles Darwin de Jeré’: “Sobrevivirán aquellas especies -de Festivales Flamencos- que mayor capacidad de adaptación tengan”... y vaya usté condió.