En 1999 se registró un hito sobresaliente con la primera salida como hermandad de La Clemencia. El 3 de diciembre de 1998, monseñor Rafael Bellido Caro los nombra hermandad y salieron a la calle tan solo con el Señor, Judas y el olivo. Lo hizo el Sábado de Pasión, estrenando la túnica de los nazarenos y en el nuevo paso, con el canasto tallado y la incorporación de la imagen de Judas.

Dado el tamaño de la iglesia parroquial, la hermandad instaló una estructura cubierta de lonas para acoger el paso en su salida y recogida. La primera levantá la dio el recordado párroco de san Benito Francisco González Cornejo, director espiritual de la cofradía.

Otra hermandad que nació por voluntad del obispo, que asumía la función de hermano mayor, fue la del Resucitado. Bellido Caro lo anunció al término de la pontifical de Resurrección en la Catedral. La de 1999 fue una Cuaresma y Semana Santa de vuelta a la calma en lo cofrade. Después de año y medio de ausencia, el obispo aprobó el nuevo consejo de la Unión de Hermandades presidido por José Alfonso Reimóndez ‘Lete’, que llevó en su equipo a una mujer, Ana María Salas, la primera cofrade que entró a formar parte de este organismo. Esto supuso que volviera la normalidad. Dado que el nuevo equipo entró a trabajar muy a lo justo para la Semana Santa, las decisiones básicas se tomaron de inmediato.

El Consejo de Lete con González Cornejo en el centro y el resto de consejeros