Más allá de su testimonial debut en Cáceres, Pau compaginó su presencia en la Liga EBA con el filial del Barça con otras apariciones puntuales en la ACB. Ante el Lobos, en Torrelavega, sumó sus primeros puntos. Y aún jugó, con el dorsal 17, un par de partidos más en los playoff. Su gran triunfo, en todo caso, fue colectivo. En Lisboa se proclamó campeón del mundo con la llamada generación de los júniors de oro. Gasol, no obstante, era un pieza más de un engranaje vertebrado sobre Raül López, Navarro, Felipe Reyes y Germán Gabriel. No obstante, tanto en la Federación como en el Barça sabían de su potencial. “Sí, son todos muy buenos, pero el que va a ser la os… es Gasol”, decía el seleccionador nacional júnior, Charly Sáinz de Aja, al término de la competición.

Año de transición. Pau Gasol arrancó el año en la EBA –13,3 puntos, 6,6 rebotes y más de dos tapones en 26 minutos por choque–, pero desde finales de noviembre de 1999 ya fue un habitual del primer equipo. Jugó 26 partidos en la temporada regular de la ACB, para 4,1 puntos y 2,6 rebotes por noche. Fue un año difícil para el Barcelona. Nuevamente, el equipo llegó a la Final Four y, nuevamente, perdió. Y, en la ACB, el Madrid conquistó el Palau Blaugrana en el quinto partido para dejar el Barça sin títulos. No obstante, fue precisamente en la final cuando Gasol mostró lo que iba a venir: en el cuarto partido, con el Barça obligado a ganar en Madrid, Pau necesitó apenas 14 minutos para lograr 13 puntos, 3 rebotes y 17 de valoración que fundamentaron el triunfo azulgrana (71-80).

El estallido. El verano de 2000 estuvo marcado por un nombre: Rony Seikaly. El fichaje del libanés era, se suponía, el que iba a determinar la liga ACB. No obstante, el ex NBA nunca se adaptó al esquema de Aíto y acabó abandonando el equipo. Y fue precisamente eso lo que propició la irrupción de Gasol. Pau debía crecer desde el banquillo hacia el alero, dando relevos a Karnisovas y sólo ocasionalmente en el poste bajo, por detrás de Dueñas, Rentzias, Elson y el propio Seikaly. En diciembre, ya sin el ex jugador de Heat y Magic, Pau logró más de 25 puntos de valoración en tres de cuatro partidos. Una apendicitis, a finales de enero de 2001, paró a Gasol, lo que le costó al Barça la eliminación en la Euroliga. Cuando volvió ya fue imparable. Avasalló en la Copa del Rey, de la que fue MVP y donde llamó la atención de la NBA. Ya en la lucha por el título, clasificó al Barça para la final con un 27+9 y 10 faltas recibidas ante Unicaja, y en la última ronda, ante el Real Madrid, desarboló a los blancos con un juego total, llegando a actuar de base en algún lance del partido. Como campeón y MVP de la final de la ACB fue elegido en el número 3 del Draft por Atlanta Hawks, e inmediatamente traspasado a Memphis Grizzlies. “Creo que si haces participar al público de una jugada, de cada momento del partido, consigues que estén más metidos en él. Yo creo que esto es bonito, hay que hacer participar siempre al público y hacerle vibrar”, sentenciaba Gasol como resumen de sus valores.