Cofradías

Balance cofrade de 2018

  • El año que finaliza ha sido el de la enésima carrera oficial fallida. Destacan la vuelta del Cristo de la Expiración a San Telmo y las salidas de la Oración en el Huerto y la Piedad

Finiquitado y visto para sentencia queda este año de 2018 también a lo que lo cofrade se refiere. El mundo de las cofradías es tan desconcertante como el desenlace de una novela de Chandler. Quizá ahí radique su encanto y su insaciable capacidad para seguir y seguir escribiendo páginas con la misma temática o rellenar minutos de radio o espacios de televisión. En cualquiera de los casos, lo fundamental es que el resultado final de este 2018 debió de haber sido el de un año de transición. Sin embargo, pasen y vean. Observen todo lo que ha habido y comprobarán que esto ha sido divertido como el número del hombre bala. Algunos albergaban la esperanza de tener un verano tranquilo y sosegado, silbando los Campanilleros mientras paseaban por la orilla de la playa. Pero llegó el pleno de hermanos mayores allá por el mes de julio, y parafraseando a Julio César en este caso, llegó vio y venció a todos, acaparando nuevamente el protagonismo del verano. Pero todo lo ocurrido se narrará unos cuantos de párrafos más adelante.

De momento habría que decir que una vez vista la famosa espalda a la carroza del Rey Baltasar todo comenzó demasiado deprisa. Parecía que la cruz de guía de la Borriquita venía guardando los cinco minutos de rigor tras los camiones de la limpieza urbana. Así que todavía quedaba en el ambiente olor a anisetes cuando un día de los enamorados –a saber qué moraleja se podría sacar de la fecha– llegaba el Miércoles de Ceniza. Y así se abría el famoso pórtico de la Cuaresma que fue precedida por otra apertura, la de la puerta jubilar de la basílica de la Merced en el año en el que la Orden de la Merced celebraba sus ochocientos años de vida. Una vida que continúa a tenor de la cantidad de actos organizados en la basílica de la Patrona. La Señora de la Merced sigue y seguirá durante siglos teniendo el bastón de mando de la ciudad. No se entiende de otra manera un año con tanto contenido en la vida comunitaria de los padres mercedarios en Jerez.

Y precisamente la primera estampa importante nos la regalaba la comunidad mercedaria con la hermandad del Transporte a la cabeza. Salía el Señor del Consuelo –el gran desconocido- en un Vía-Crucis extraordinario el primer viernes de Cuaresma. “Aquello parecía retrotraernos al siglo diecisiete”, decía el padre Felipe haciendo balance de aquella tarde. La imagen del Señor entre la penumbra, el macilento ambiente de las farolas y las continuas nubes de incienso que elevaban el cuerpo de turiferarios. Una imagen que fue culminada con el encuentro entre dos imágenes de tronío. Por un lado el Consuelo que entraba en Santiago y el Señor del Prendimiento que lo recibía en su casa en una visita en el que no se recordaba precedente anterior.

El lunes siguiente llegó el Vía-Crucis de la Unión de Hermandades. La imagen escogida por el consejo de Dionisio Díaz fue la de Cristo Rey. Acierto total, con independencia de que sea más o menos litúrgico. Tampoco es muy litúrgico ver acólitos con dalmáticas –por muchos fueros concedidos que tenga Jerez– y sin embargo se siguen usando, a veces con un color litúrgico que rechina en el marco de la solemnidad que celebra la Iglesia ese día. Y no pasa nada. Fue un gran Vía-Crucis. El Señor entró en esa Jerusalén preciosa de cúpulas esculpidas que es la Catedral y el fervor de los cofrades ante el acto piadoso fue más que patente.

Previo a la Semana Santa saltó una de las noticias del año. Dos hermandades, dos, harían la estación de penitencia en 2019 en la Catedral jerezana. La hermandad de la Sed y la Salud de San Rafael obtenían el visto bueno de la delegación diocesana y el sueño de ver a su cofradía en Aladro, Cristina o Gaitán se consumaba para cientos de cofrades de la zona sur de la ciudad. 

Semana Santa

Y en un suspiro llegó la Semana Mayor. Algún ingenioso cofrade ha sentenciado en alguna ocasión que se trata de las olimpiadas de los pasos. La semana en la que salen a la vez los que procesionan el resto del año. Qué guasa. Y la Semana Santa fue de lujo. Sin apenas incidencias. Sin grandes estrenos. No hubo plaza del Banco, ni tampoco un paso a estrenar. Ni nuevas cofradías. Todo transcurrió con total normalidad hasta la noche de Jesús. Amenazaba lluvia a primera hora de la mañana del Viernes Santo. Las juntas de gobiernos actuaron con responsabilidad. La que decidió salir y apenas se mojó y las que con buen criterio decidieron quedarse en casa. Fue la auténtica noche de Jesús. La hermandad de Cristina hizo su estación de penitencia y cubrió su itinerario acortando por Carpintería y Tornería. Y las primeras gotitas de agua les llegaron cuando la Santísima Virgen del Traspaso llegaba a San Juan de Letrán.

Al día siguiente, un exiguo chubasco dio al traste con la jornada del Viernes Santo. Aquello llegó justo en el momento en el que las cofradías están en todo su apogeo. Algunas cumplimentando la carrera oficial y otras ya de vuelta a sus templos. Así que la hermandad de la Exaltación decidió quedarse en Santo Domingo y la cofradía de la Piedad en la Catedral. Hubo pasos el Domingo de Resurrección. Y estampas para el recuerdo como la vuelta de la cofradía del barrio de las Viñas y la estampa de la Piedad a su eterno Calvario. La jornada se cumplimentaba con una gran novedad. La hermandad de la Sagrada Resurrección decidía salir al mediodía y recogerse por la tarde. Buena decisión. Salió ganando en lucimiento y en fieles contemplando a la cofradía. 

Virgen del Carmen

Otro de los picos álgidos en este año jubilar mercedario fue la visita, absolutamente deliciosa, de Nuestra Señora del Carmen a la basílica de la Merced. Dos Reinas jerezanas se unían en el templo basilical en un emotivo acto. Preciosa llegada de la Virgen del Carmelo y fantástico el recibimiento de la comunidad mercedaria. Dos carismas unidos bajo dos grandes devociones jerezanas en el que no existe la rivalidad. Daban ganas de erigir una tienda de campaña y quedarse allí, rememorando el pasaje del monte Tabor.

Y llegó el verano. Algunos vaticinaban que habían incendiarios que querían calentar un verano. Pero lo cierto es que no había que ejercer de vidente para advertir que se acercaban nubes negras. Muy negras; y tormenta con marejada que desencadenaría la polémica. El pleno de hermanos mayores se reunía en Curtidores para elegir la enésima carrera oficial. Tres proyectos elevados por una comisión que ya de entrada sólo quería 'vender' uno. Por un lado la Porvera con entrada por Gaitán. Todo un giro casi copernicano que alargaba itinerarios y convertían algunos cruces de cofradías en auténticas maquinarias de relojería suiza. Para colmo, era un itinerario común que pasaba por la plaza del Banco que es como un ‘anatema’ para muchos cofrades. Por otro lado, una carrera que era lógica como es la del monumento a las Cofradías. El lugar ideal para confluir en este emplazamiento las del norte, sur, este y oeste. Pero existe un problema, o quizá no. Los famosos palcos y su ubicación. Técnicos que estudiaron esta posibilidad afirmaron a esta redacción que la ubicación era posible sin apenas problemas de logística. Pero era una carrera que nadie quería vender. La tercera en discordia fue Aladro. Un sinsentido si se tiene en cuenta que era precisamente este lugar el que se pretendía eliminar. Pero dividió el voto contrario a Porvera y esta fue la opción más votada con apenas diferencia. Y la polémica y el debate se abrieron de nuevo. Con especial incidencia en las redes sociales. Tanto fue así que el obispo Mazuelos no tuvo más remedio que parar la presión que se estaba ejerciendo sobre el consejo directivo. Y en una reunión privada en Bertemati, entre el sigilo de las altas cortinas, don José decidió dar el paso y proponer a Dionisio Díaz la retirada del proyecto de la Porvera. El presidente, con buen criterio, retiró la propuesta y todo quedó de nuevo en nada. Se volvía de nuevo a la casilla de salida. La única conclusión es que los grandes asuntos del pleno de hermanos mayores tendrán que salir a partir de ahora con dos tercios de la asamblea. Una norma que tendrá su reflejo en unos nuevos estatutos que todavía andan los cofrades esperando su culminación final. 

Octubre

Una vez aquietado el debate de la carrera oficial llegaron las fechas de los traslados y las salidas extraordinarias. El día 6 de octubre, la hermandad del Cristo de la Expiración volvía a su ermita de San Telmo. Jerez volvió a volcarse con el Cristo. Y la procesión se alargó tomando camino de la basílica del Carmen para recibir una medalla de la que pocos datos más se tienen al respecto. Pero fue un gran día para la cofradía de San Telmo. Pues no se entiende al Cristo sin su barrio como tampoco se entendería una amapola sembrada en un cráter de la Luna.

Días más tarde, el 27, volvía a salir otro paso. En esta caso era el de la Oración en el Huerto que celebraba 75 años de su reorganización. Una hora antes de que el Señor llegara a la plaza del Mercado, el lugar estaba ya atestado de público. No se pudo calibrar si esperaban la llegada de la preciosa imagen de Vasallo o la entrega del testigo que la Sentencia le haría a las Cigarreras. Dos 'bandones' que hicieron la delicia del público. Sentencia ya conocida por todos por el nivel de su calidad, las Cigarreras con ese sonido aterciapelado de sus metales que armonizan y dan sentido a la categoría de la que presumen. Una maravilla. Y la salida también. Con el Señor mirando al cielo jerezano en una salida espectacular.

Los primeros días de noviembre fueron los de la Piedad. La bellísima imagen cumplía tres siglos de bendición. Y sus cofrades quisieron celebrarlo con un traslado a la Merced para disfrutar de un triduo y un pregón que culminaban esta efemérides. En los dos traslados de ida y vuelta, la Reina del Calvario lució en ese palio que ya de por sí vale un imperio. Sola la Virgen y sin duelo que la acompañara, fueron días emotivos. Jerez también supo mirar hacia el Calvario y la calle Taxdirt era un hervidero de público a la vuelta. Ojalá fuera siempre así en la madrugada del Viernes al Sábado Santo.

Se finiquitaba el año con la festividad de la Inmaculada Concepción de María. Patrona de la Diócesis y Patrona de España. Las hermanas del colegio de Montealto acertaron al decidir bendecir una imagen de María en la sede episcopal. Preciosa imagen que ya reina en el corazón de toda la comunidad religiosa de las Hijas de Santa María del Sagrado Corazón.

Por último, reseñar que la hermandad del Santísimo Cristo del Perdón decidió el pasado mes de octubre la culminación del misterio que en su origen tenían previsto mostrar a todo el Jerez cofrade. Se trata de la conversación del Buen Ladrón con Cristo. Así que tras estrenar este año sus candelabros de guardabrisas, ahora comenzarán a acometer la incorporación de los dos ladrones que acompañarán al crucificado en la tarde del Domingo de Ramos. En esa jornada en el que se reabren goznes de los días del gozo y todo se renueva. Y sin embargo, de tanto relativizar salidas y pasos a la calle, parece como si fueran unos días en los que todos se reúnen para salir durante una semana. Como dice ese ingenioso cofrade en algunos batiburrillos no sin cierta sorna.

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