Con 17 salvas de ordenanza se anunciaba la presencia del almirante general Manuel Rebollo García, el nuevo Jefe del Estado Mayor de la Armada (Ajema), en la plaza de armas Lope de Figueroa del Tercio de Armada de San Fernando. Pasaban las diez de la mañana y frente a él se cuadraban dos batallones de fusiles, una escuadra de gastadores y una unidad de operaciones especiales, además de la banda de música del Tercio Sur. A su espalda, además, el resto del personal militar que compone las dependencias.

La de ayer era su primera visita oficial a unas instalaciones militares desde que fue nombrado máximo cargo de la Armada el pasado 18 de julio. Por eso, la elección de San Fernando tenía un especial significado, no podía ser casualidad y ésa era la sensación que se respiraba ayer y la que trasmitían los asistentes. De ahí además el especial orgullo de la fuerza, al mando del coronel Juan Orti Pérez, segundo jefe de la Brigada de Infantería de Marina.

Tras pasar revista en este patio de armas, la tropa, que se repartió entre uniformes de gala y de campaña, interpretó el himno de la Infantería de Marina, La marcha heroica, para a continuación disponerse a realizar un desfile fuera de este patio, en la avenida de la Flota, al que se incorporó la unidad moto-mecanizada. El desfile, que se desarrolló bajo un intenso sol sirvió para que el Ajema pudiera conocer de primera mano la dotación de las instalaciones. A su término, éste se acercó a saludar y a presentarse personalmente a los capitanes de las compañías, para a continuación dirigirse a la Sala de Banderas, donde firmó en el libro de honor.

Por último, a las once en punto, el almirante general iniciaba una primera reunión con oficiales, suboficiales y personal de tropa en la Cámara de Oficiales, que mantenía durante el transcurso de media hora para marchar a continuación en helicóptero a Rota, donde presidía el nombramiento del nuevo Almirante de la Flota, Juan Muñoz-Delgado Díaz del Río, a bordo del portaaviones Príncipe de Asturias.