Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

En las películas antiguas de vaqueros aparecía, casi siempre, una escena durante la cual unos aterrorizados colonos, blancos y rubicundos, sufrían los ataques de unos feroces pieles rojas que, inocentemente, rodeaban a los recién llegados, los cuales, armados con fusiles de repetición, abatían a los infelices indígenas como si fuera un "tiro al pato", similar a los de las atracciones de ferias. Terminaba el acontecimiento con la alegría de los recién llegados por el horrible peligro que habían corrido. Por cierto, yo siempre terminaba frustrado porque quería que ganaran los indios, pero en fin…

Pero quédense con el horror de los colonos. Imagínense igualmente que está usted en un río nadando rodeado de una legión de cocodrilos hambrientos, o en un pequeño témpano de hielo, cosas del cambio climático, acompañado por una reunión de desnutridos osos polares.

Imagínese el peligro más grande que sea capaz de aventurar su mente. Nada, eso no es nada. Como diría mi admirado Manolo Romero Bejarano, peligros… los de Jerez. Bueno, más concretamente los de las rotondas de Jerez de la Frontera. Y si hablamos de vísperas de puentes, compras de Reyes y similar a las 8 de la noche, les aseguro emociones indescriptibles si tienen que transitar por una de ellas.

La mayoría de los conductores ignoran o desobedecen las reglas de tránsito de las rotondas. Recomiendo una visita a la página de la Dirección General de Tráfico que informa muy correctamente del tema. Yo la llevo plastificada en mi vehículo porque por transitar, según ley, el peligro es aún mayor. Casi me aseguro el golpe pero al menos la discusión la evito. U observen a los coches de las autoescuelas que lo hacen estrictamente según norma.

Es pues como el lejano Oeste, el más grande se come al chico, o el más salvaje es el que triunfa. El todo terreno puede con el utilitario, este con los ciclomotores y estos con las bicicletas. Aunque no creo que estas se arriesguen a semejante locura. Si fuera así habría que recordar a Dante y La Divina Comedia y la frase que estaba en la portada del infierno: "Abandone toda esperanza aquel que atraviese esta puerta (en este caso rotonda)". Pues eso.

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