Ya tenemos, en el peor momento posibe y cuando todos esperábamos la mayor unidad, a los principales partidos políticos que suman la inmensa mayoría del arco de concejales del Ayuntamiento de Jerez, enfangados en la lucha en los tribunales.

Los populares demandaron al equipo de gobierno local para que se repita el pleno de los presupuestos municipales al entender que se vulneraron derechos fundamentales por convocarlo en agosto fuera de lo que establece la ley. Su demanda ha sido admitida a trámite y el PP entiende que la repetición del pleno es una desautorización a Mamen Sánchez y a la urgencia con la que se celebró la sesión.

Sólo unos días más tarde, desde el PSOE de Jerez se denunció ante el Tribunal de Cuentas una posible "financiación ilegal" del PP ante el Tribunal de Cuentas al considerar que la asociación 'Jerez Cappital' (eslogan de Saldaña en su última campaña a las elecciones municipales) vinculada a los populares es la responsable de la protección de datos de un portal de empleo creado por su partido, donde figura como domicilio el del grupo municipal del PP. En su denuncia, el PSOE de Jerez incluye al presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, por si pudiese conocer esa presunta actuación ilegal.

Sea como sea, tanto si el PSOE tiene que repetir un pleno de presupuestos municipales como si el PP ha cometido alguna irregularidad, estamos claramente ante un enfrentamiento político con consecuencias institucionales en un momento en el que Ayuntamiento de Jerez y Junta de Andalucía no pasan precisamente por su mejor momento de relaciones.

Resulta triste ver que justo cuando más unidad y trabajo en común les exigimos los ciudadanos a los partidos políticos, quienes tienen otorgada mayor representatividad en las instituciones por parte de los jerezanos anden enfrascados en litigios en los tribunales. En particular, es llamativa la obsesión en las filas socialistas por demonizar a Antonio Saldaña tras su evidente error en la gestión de su episodio tras el positivo en alcoholemia. Tanto, que cabe pensar en que, en un ejercicio de estrategia política de libro, piden su dimisión constantemente, un día sí y otro también precisamente para que se quede, el partido no ceda a esa exigencia y sea el próximo candidato, sabedores de que así tendrán en sus manos un argumentario imbatible durante la campaña de 2023.

Quién sabe. Queda tanto... De aquí a entonces pueden cambiar muchas cosas. Pero, mientras, en esta ciudad seguirán metidas en el lodo esas oportunidades de acuerdo que tanto nos ayudarían, independientemente de quién esté al mando de la nave municipal o del principal grupo de la oposición. Un tiempo perdido del que nos podemos arrepentir en el futuro. Pues nada, sigamos con la lucha a garrotazos también a nivel local, que por lo visto con lo que pasa en Madrid no hay bastante.